Capítulo 39: Severamente enamorado

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A la mañana siguiente, se encuentra a sí mismo regañandose mentalmente por el pequeño monstruo sexual que acaba de despertar mientras espera por el desayuno sentando en la encimera, al costado de Jungkook.

—Mañana es la final —susurra Taehyung—. ¿Puedes creer lo rápido que ha pasado el tiempo?

El pelinegro revuelve los huevos en la sartén y le da una mirada de costado a su novio, quien sostiene sus ojos fijos en el ventanal frente a ellos que les permite ver la ciudad desde las alturas.

Camina hasta él para inmiscuirse entre sus piernas y, aparte de acariciar sus muslos desnudos, dejar un suave beso en sus labios para calmar todos los pensamientos ansiosos que pueden estar pasando por esa linda mente.

—Todo estará bien, Taehyung —murmura con suavidad—. Y si no lo está, lo arreglaremos, porque estamos juntos en esta mierda.

Taehyung desvía su mirada hasta el pelinegro para esbozar una suave sonrisa.

—Hace unas noches atrás estaba pensando en Sunwoo y en mi estrategia para derrotarlo —comienza Taehyung, con la mirada fija en el contrario—. Y sé que no es la mejor conversación para...

—Es perfecta —lo corta Jungkook—. Quiero escucharte.

El rubio se baja de la encimera para caminar hasta el taburete y tomar asiento, mientras espera que Jungkook termine de preparar la tostada.

—Creo que me iré más a lo psicológico —murmura Taehyung—. Él está acostumbrado a ser agresivo conmigo, así que esperará que yo sea agresivo con él como venganza, pero haré lo contrario.

Jungkook pestañea unos segundos, inclinándose en la encimera para cruzar los brazos en esta después de tenderle la tostada a Taehyung.

—¿Cómo harías eso? —indaga Jungkook.

—Lo trataré con amabilidad —replica Taehyung—. Al principio, le haré creer que puede contra mí, que le sigo temiendo. Después, cuando se relaje, lo haré pedazos.

—¿Está seguro que puede funcionar? —pregunta Jungkook, untando el pan integral sobre los huevos en la sartén—. No me mal entiendas, es tu juego. A lo que me refiero es, ¿te sientes capaz de contener toda esa ira para confundirlo?

—Lo conozco hace muchos años, Jungkook —replica Taehyung—. Y muchos de esos años fingí con él. Estoy tan acostumbrado. Así que, no te preocupes por mí, yo estaré bien.

Jungkook resopla una risa de la gracia que le causan las palabras del contrario, cuando su único objetivo diario, aparte de cumplir con sus terapias, es proteger al chico.

—Imposible —responde Jungkook—, pero confío demasiado en ti.


Cerca de las cinco de la tarde, después de unas cuanta rondas más de sexo posterior al desayuno y antes de salir, emprenden camino a las canchas. Jungkook sostiene su mirada en el parabrisas, porque aún no puede creer el hecho de que acaba de recibir sexo oral por primera vez y que se haya corrido a los pocos segundos, sin siquiera ser capaz de avisarle a su novio.

—Lo siento —repite por milésima vez.

Taehyung le da una mirada cargada de diversión a Jungkook, para murmurar, por milésima vez también:

—Está bien, a todos nos pasa. 

Maneja directo al recinto, sin desvíos, porque debe, necesita cumplir su último entrenamiento antes de la final. Y, por mucho que ame a Jungkook, este lo está distrayendo bastante. Muchísimo más de lo que se permitió y prometió distraer con él.

Match point | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora