Capítulo 17: ¿Juegas roblox?

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Taehyung agita su torso al ritmo de las canciones de época eurodance y en ocasiones suelta en manubrio para alzar sus brazos siguiendo su baile.

—Vamos, Jungkook —dice Taehyung con demasiada energía—. Si no te mataron los somníferos, no lo hará un poco de música.

El chico tapa rápidamente su boca al reparar en la idiotez que acaba de salir de él, y baja de inmediato el volumen de la música para comenzar a disculparse. Sólo que antes de siquiera tomar una inspiración para decir la primera palabra, Jungkook rompe en unas estruendosas carcajadas.

—Oye, no te rías —dice Taehyung—. Lo que te dije fue de muy mal gusto. Lo siento mucho. Solo bromeaba, a pesar de que es algo con lo que debería bromear. Lo...

—Creo que estás pasando demasiado tiempo conmigo, Taehyung —lo interrumpe Jungkook.

—Yo jamás decía esas cosas antes —reclama Taehyung—. Y desde que empecé a estar más tiempo contigo, las digo todo el tiempo.

Jungkook estira una sonrisa mientras su cuerpo se comienza a agitar al ritmo de la música que lentamente vuelve a subir. Quizás queriendo que el contrario olvide el hecho de que su comportamiento no es por su «mala influencia», sino que tan solo el Taehyung de esos comentarios era el que se encontraba encarcelado en ese papel de «chico perfecto» que solía interpretar el chico todos los días de su vida.

Taehyung esboza una sonrisa al verlo, y también comienza a bailar. Jungkook es muchísimo más tímido al hacerlo, por la vergüenza que siente al no ser algo que haga a diario. Pero siente la confianza suficiente para hacerlo.

A unas pocas cuadras de llegar al complejo residencial de lujo en que la familia Kim vive, Taehyung comienza a sentir la clásica ansiedad que lo recorre a la hora de entrenar la gran cantidad de lujos y privilegios que lo rodean. A pesar de nacer y crecer en una familia adinerada, siempre fue criado con los pies en la tierra gracias a su abuelo paterno, ya que el materno era la persona más despreciable de su vida al ser el responsable de la fortuna que los rodeaba. Porque, puede que la persona que maneje el grupo Kim sea su padre, pero la real dueña de todo eso es su madre, quien jamás se interesó lo suficiente en es mundo, y aprovechó tomar una licencia médica indefinida de veintitrés años, desde que se enteró que esperaba a su primer hijo.

Al encontrarse en el acceso a su vecindario, le da una mirada a Jungkook, quien parece hacer todo su esfuerzo para no comentar algo de su estilo. Y quiere decir algo para permitírselo, pero los guardias del lugar lo saludan y distraen con preguntas.

Vuelve a darle una mirada cuando entran de lleno a las calles del lugar, y tan solo lo dice:

—Vamos, suéltalo.

—¿Y tienes el descaro de estudiar con beca? —pregunta Jungkook con gracia.

Taehyung esboza una sonrisa.

—¿Crees que mi maravilloso padre me hubiera pagado la carrera de música, Jungkook?

Alza sus cejas al entender todo, y después simplemente se dedica a observar a su alrededor, sintiéndose un total extranjero entre tantas áreas verdes y canchas kilométricas de diversos deportes, incluso golf.

—Está mierda es gigante —comenta Jungkook—. Y yo le pongo agua al shampoo cuando queda poco.

Taehyung le da una fingida mirada altanera al chico, para decir:

—Cuándo me interese me cuentas más.

Al llegar a su casa, estaciona de la mejor forma posible para que su madre no lo regañe en presencia de Jungkook, porque no se cree capaz de escuchar otro comentario. El pelinegro baja del automóvil y arregla su ropa disimuladamente, porque se encuentra a punto de conocer a la actual heredera de su cadena de centros comerciales favorita, y también la madre de Taehyung.

Match point | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora