Capítulo 15: Sol y rugby

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—Mi madre quiere conocerte.

Jungkook arruga sus cejas.

—Y puede que yo no sea muy obstinado, pero ella sí que lo es —agrega a los segundos—. Así que es prácticamente una obligación.

—¿Puedo decir que no? —inquiere Jungkook.

Taehyung suspira con fuerza, mientras niega con la cabeza.

—Mierda —susurra el pelinegro—. Dile que tengo una enfermedad muy contagiosa y que no me puedo acercar a...

El pelirrubio vuelve a negar con la cabeza.

—Dios —se queja Jungkook—. ¿Cuándo?

—No lo sé —replica Taehyung—. Sólo me dio la orden de avisarte. Y yo, como soy un hijo muy bueno, le hago caso.

Jungkook mueve su mirada por el rostro del pelirrubio, sintiendo molestias en su estómago por lo ridículamente adorable que es.

—Avísame la fecha, para calcular correctamente los días para lanzarme de un puente pero no perderme tu partido con Minhyuk —murmura Jungkook con seriedad.

Taehyung resopla ante el comentario del chico, escondiendo la gracia que le causa. Solo que después procesa correctamente el hecho de que prefiere lanzarse de un puente a conocer a su familia, y unas ganas de jalarle los pelos con violencia lo envuelven.

—Oye, ¿cuál es tu problema con conocer a mi familia? —pregunta Taehyung con brusquedad—. Mi madre es la mujer más amorosa del mundo, y mi hermano... es divertido.

Jungkook abre sus ojos ante la nueva información que le es entregada, y debe tapar su boca con la mano de la sorpresa.

—¿Tienes hermano?

—Por supuesto —replica Taehyung—. ¿Acaso no lo has visto? Va a mis partidos. ¿O acaso pensaste que ese era mi padre con enanismo?

No puede evitar carcajearse al escuchar a Taehyung, sintiéndose lo suficientemente en confianza para hacerlo abiertamente y no tener que disimularlo.

—Jamás he visto a tu hermano —replica Jungkook entre risas—. Eres un idiota.

Taehyung tapa su boca con las manos.

—Dios, mi comentario fue de muy mal gusto —se arrepiente—. Lo siento.

El pelinegro niega de inmediato, a pesar de seguir riendo. Hace tanto tiempo que no ríe con ganas, y sus mejillas duelen de lo mucho que lo ha hecho durante esos días.

Es extraño.

Desde que aceptó sus sentimientos por Taehyung, no podía evitar reír de sus ridículos comentarios y comportamiento. En los entrenamientos, en la universidad, cuando lo dejaba en casa, por mensajes... Mágicamente todo lo que el chico hablaba le causaba gracia.

—Entonces, me veo en la obligación de ir al castillo del principito llorón —comenta con sorna.

Taehyung rueda los ojos e imita las palabras del pelinegro con la voz chillona. Otra costumbre que pareció adoptar de Jungkook, porque se la pasaba burlándose de sus amigos de la forma que el chico lo hacía con él.

—Oye, ¿por qué me copias? —pregunta Jungkook con un falso enojo—. Consigue tu propia personalidad, idiota.

—Yo no imito a personas descerebradas, Jungkook —replica Taehyung con una fingida altanería—. Lo siento por hacerte creer lo contrario.

Jungkook resopla con diversión.

—Eso no es algo que diría tu versión de seis años que me veía jugar tenis a escondidas —replica con sorna.

Match point | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora