Capítulo 3: Orgullo

1K 181 69
                                    


La biblioteca por las mañanas es demasiado silenciosa y solitaria. Repasa nuevamente en su mente las partituras de la melodía que estaba aprendiendo para una de sus clases y toca con su piano imaginario en la mesa. Si alguien lo ve, saldría corriendo del espanto. Estira una sonrisa al recordar su travesía durante esos días, después de decidir que volvería a las canchas. También la sonrisa de Namjoon, su entrenador, vuelve a aparecer en su memoria.

Su plan iba al pie de la letra; tenía a Namjoon de su lado, sus entrenamientos estaban saliendo bastante decentes. Su cuerpo estaba agradeciendo el consumo de agua constante y la fibra consumida, pero sus manos seguían temblando por la abstinencia a la nicotina. En general, todo viento en popa, sólo que aún le faltaba la pieza más importante y más compleja. Había visto a Jungkook paseando por los pasillos de la universidad con su cara de culo, pero no se atrevió a acercarse. Después se lo encontró frente a frente en el baño de varones y nada, a pesar de recibir una mirada de desagrado. Y, finalmente, lo estaba viendo directamente, porque se encontraba sentado frente a él, pero tampoco podía acercarse. Y se siente ridículo, porque, ¿cómo se lo preguntaría?

«Oye Jungkook, ¿qué opinas de entrenarme a mí, ya que no te puedes entrenar a ti?», recibirá un puñetazo en la nariz. O quizás podría ser más suave, utilizando su habilidad de persuadir a las personas; «¿Me podrías entrenar? Eres demasiado bueno y me encantaría que me entrenaras». Suena como algo sacado de un libreto de película porno.

¿Cómo mierda lo haría?

El pelinegro desvía su mirada del libro que lee hasta Taehyung, y alza una ceja al reparar en su intensa mirada. El pianista da un salto en su silla y sus mejillas se colorean al haber sido pillado. El contrario rueda los ojos y vuelve su atención al libro, para posteriormente cambiar la página que revisaba con parsimonia, mientras Taehyung continúa sonrojado y tembloroso.

No entiende por qué se siente un completo idiota con Jungkook. Lo conocía hace algún buen tiempo —a pesar de no ser recíproco— y se escapaba a otras canchas a verlo. Siempre le pareció demasiado bueno en lo suyo, y también muy guapo, pero totalmente fuera de su alcance, a pesar de su poca modestia respecto a su belleza. Taehyung no se consideraba alguien feo –más bien le sobraba confianza en ese ámbito–, por lo tanto jamás sufrió de esa inseguridad de no gustarle a alguien. En su mente, le gustaba a todos.

Sólo que con Jungkook jamás fue así. Puede que haya sido algo platónico de pequeño, porque siempre vio a Jungkook como un chico cool, y nunca pudo acercarse realmente, por la diferencia de edades entre ellos —lo cual actualmente no se notaba mucho— y por la actitud arisca que el chico siempre tuvo. Y se siente igual que el niño de cinco años que veía a Jungkook, de siete años, jugar tenis con toda la confianza del mundo, robándole sonrisas a los entrenadores y miradas reprobatorias de otros padres, porque sus hijos no estaban al mismo nivel que él.

Se siente pequeño al lado de Jungkook.

Toda esa máscara de confianza se cae frente a él.

Suspira con frustración mientras lo ve ahí, tan fuera de su alcance, ojeando un libro de arte. Y se abruma un poco por el poder que tiene el contrario sobre él, a pesar de que Jungkook no tiene idea de su existencia. ¿Desde cuándo temía acercarse a alguien? Era uno de los chicos más populares de la universidad por su amabilidad y fácil platica, siendo llamado «mariposa social» por su grupo más íntimo de amigos. ¿Por qué le costaba tanto hablar con una persona que no solía hablar mucho?

—¿Qué mierda quieres?

El rudo tono de voz de Jungkook resuena por la silenciosa biblioteca. La respiración se le atasca en la garganta al reparar que la pregunta se dirige a él, y sus manos comienzan a temblar cuando sus ojos contactan con los contrarios. Un grupo de estudiantes del primer piso de la biblioteca sisean para hacer callar a la persona que se atrevió a alzar la voz en un espacio donde el silencio es sagrado, y Taehyung admira más la valentía del pelinegro.

Match point | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora