Match point | JJK & KTH

Capitulo 23: Buenas noches, mi capitán

Sus dedos tocan las teclas del piano con velocidad, dejándose llevar y olvidando de todo a su alrededor durante unos segundos. El olor a cera de piso nubla sus sentidos durante unos segundos, igual el ruido de la madera del teatro. Se inclina en el piano cuando las partes más oscuras de la melodía llega, presionando con fuerza las teclas, como si así fuese a olvidar en su totalidad sus sentimientos por ese chico cubierto por una nube negra que llegó a su vida y la dio vuelta por completo.

Al llegar a las últimas notas, no puede soportarlo más y golpea con la palma de la mano las teclas. Una falta de respeto para algunos, pero un desquite para Taehyung en ese minuto.

Abre los ojos al reparar en lo que acaba de hacer y aleja con rapidez sus manos, observando a su alrededor para captar si alguien lo vio perder sus cabales por unos segundos. Sin embargo, no hay nadie más que él en ese gran espacio, por lo que vuelve a tocar las teclas, esta vez un poco más gentil.

Unos aplausos lo hacen dar un respingo y voltea rápidamente a la fuente de estos. Mueve su mirada por las cientas de butacas, buscando quien acaba de verlo. Su respiración se agita unos segundos, porque, a pesar de poder comprar uno nuevo si así se lo exige alguno de sus profesores por su arranque de locura con el pobre piano, teme en demasía haber sido pillado faltando el respeto a su instrumento de tantos años y que llena su alma con felicidad.

—Estaba todo bien hasta que decidiste asesinar el piano —la voz de Jungkook resuena por el espacio—. ¿Cuál es tu problema, loco?

Su corazón parece volver a romperse al segundo que esa molesta voz llega a sus oídos, y suspira con pesar ante el dolor que parece calar sus huesos. Vuelve su mirada al frente y presiona las teclas con tranquilidad, ignorando las palabras del pelinegro.

Cierra sus ojos cuando escucha sus pasos cada vez más cerca y tensa los músculos de su pesada cuando las manos de Jungkook caen en sus hombros.

—¿Qué tocas? —pregunta Jungkook—. Y por favor no me respondas a tu mamá, o algo por el estilo.

—A tu mamá —replica Taehyung, conformándose con mantener una amistad con Jungkook, a costa de esconder sus sentimientos.

Jungkook suelta una risa fingida, para después moverse hasta el lago banquillo del piano y tomar asiento al costado de Taehyung.

—Jamás he tocado un piano —murmura el pelinegro—. ¿Es muy complejo?

Taehyung niega rápidamente.

—Es complejo si tu quieres hacerlo complejo —replica Taehyung—. Mi padre solía decir que los imbéciles aprendían piano y los brillantes violín. Así que, si él considera que esto es fácil, no creo que sea difícil para ti. Eres muchísimo más inteligente que mi padre.

Jungkook desvía la mirada a Taehyung y arruga sus cejas con dolor al ver ese brillo de tristeza en sus ojos.

—¿Peleaste con tu padre nuevamente?

Taehyung se encoge de hombros.

—No fui yo —susurra el chico con dolor—, fue Minho. Los escuché después de llegar a casa ayer. Mi hermano es muy pequeño para esto, y me siento terrible por no saber protegerlo.

» Creo que fue por el partido del sábado. Mi padre jamás deja su trabajo para asistir a alguna actividad nuestra. Y cuando lo hacía, lo decepcioné. Entonces, creo que en parte es mi culpa que mi padre no quiera asistir a los partidos de Minho, y eso me hace sentir tan... miserable.

—Existen cosas que están bajo tu control y otras que no —susurra Jungkook—. Tu padre es una de las cosas que no están bajo tu control. ¿Puedes controlar su reacción a tus decisiones? Por supuesto que no. ¿Qué es lo que puedes controlar? Ser un apoyo para Minho y asistir al partido que tu mierda de padre no quiere.