Viajera

Capitulo 4

Al día siguiente no valían un centavo cortado por la mitad. Tenían un dolor de cabeza que no se aguantan. Hasta juraron no volver a beber, cosa que las hizo comenzar a reír. Ni ellas se creían semejante mentira. Bajaron al desayuno y como estaba incluido en la reservación desayunaron en uno de los restaurantes del hotel. Tomaron jugos y agua como dos locas. Necesitaban sentirse mejor para la noche. La entrevista de Vanessa sería el próximo lunes, así que tenían el fin de semana para ellas. Querían aprovecharlo al máximo.

Después de desayunar, se fueron de compras aprovechando el esplendoroso día. Caminaron conociendo la ciudad con el GPS del móvil de Vanessa activado. No querían perderse en esa enorme ciudad sin conocidos. Aprovecharon y compraron los disfraces que usarían para la fiesta de la noche. Querían llamar la atención así que Destiny compró uno de geisha con su peluca negra y todo lo que conlleva el maquillaje. Vane se había comprado el de la princesa Jazmín. "Sí, es una niña en cuerpo de mujer." Es una de las cosas que más le gustaba a Destiny de la chica, tenía esa chispa que a ella le faltaba, pero le contagia con su entusiasmo. Pasaron horas arreglándose, no era fácil controlar el cabello rizado de Vane, pero más trabajo les dió el maquillaje de Destiny, al final todo quedó como ellas querían. Llegó la hora de la fiesta, y bajaron hasta el salón de actividades donde la noche pasada habían estado bailando y cantando toda la noche hasta que sus cuerpos no dieron para más.

En la entrada dieron su nombre y número de habitación para ingresar a la fiesta, era solo para los huéspedes del hotel. La bebida y comida era gratis como agradecimiento por escogerlos. Entraron acaparando las miradas de todos, la geisha llamaba la atención por su inigualable forma de interpretar el papel, la princesa Yazmin con su deslumbrante cuerpo se ganó las miradas de más de uno. Se sentían bien con lo que está vez escogieron.

Se sentaron y uno de los meseros llegó a su lado para ofrecerle vino o champagne. Ambas se decidieron por el champagne así que rápido tuvieron sus copas en las mano. La música era de salón, que permitía hablar libremente sin tener que gritar. Lo estaban pasando bien viendo a algunas parejas bailar.

Destiny se siente inquieta, la mirada que sentía la noche anterior estaba allí. Su corazón empezó a latir fuerte y su estómago se llenó de inquietas mariposas. No sabía qué sensación era esa. A sus veinticinco años nunca se había sentido de esa manera. Mira hacía todos lados y fue cuándo encontró esa mirada azul cielo penetrando su alma. Comenzó a transpirar debajo de su kimono, pero en ningún momento quitó la mirada del hombre que la miraba con tanto afán.

— Vane voy al tocador un momento, creo que me esta empezando a molestar este kimono.— mintió

— Te acompaño— dice Vanessa necesitaba también refrescarse.

Caminaron hasta el tocador. Sin ánimos de dañar el maquillaje en su rostro comenzó a dar palmaditas para secar el calor, entre la peluca, y la ropa ya empezaba a sentirse incómoda pero no perdería su postura.

Salió después de haberlo retocado. Volvió a sentir su mirada en ella así que trato de ignorarlo, no se dejaría amedrentar por esos ojos que tanto la llamaban.

En toda la noche él se mantuvo en el mismo lugar, su voz lujuriosa la hacía en su cama desnudando poco a poco su cuerpo hasta dejarlo a su merced. Su parte racional le recordaba quien era y por que no debía envolverse con una mujer como ella, pero había algo en la mujer que le llamaba. No entendía el por qué, era la primera vez que la veía.

Bebió de su vaso de coñac, mientras ella bajaba su mirada. Había algo en ella que lo invitaba a escudriñar la, ¿pero que era? No sabía, ni tampoco estaba dispuesto a ponerse en charola de plata para descubrirlo. Unos sujetos con pinta de Don Quijote y Sancho Panza se acercaron a las jóvenes mujeres para invitarlas a bailar, las ve levantarse para caminar hasta la pista de baile. Así uno y otro fueron invitándolas a bailar bajo su penetrante mirada. Por más que lo intentaba, no lograba alejar su mirada de esa mujer. ¿Que tenía? No sabía, solo lo atraía como imán.