Capítulo 23

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Destiny llegó a Milán, tomó sus cosas, busco un hotel de buen prestigio y pidió una habitación por dos días, su paso por Italia era de una semana pero quería ir a conocer Venecia, iría a Pisa a retratarse en la torre y quería ir a Roma, debía hacerlo de dos en dos. Para que el tiempo le diera. Preguntó en la recepción por los guías turísticos de la zona y los eventos de moda, de casualidad el hotel tenía uno la noche siguiente, ella aprovecharía para asistir. Hizo todos los preparativos para ir con un grupo de personas a conocer las maravillas de esa hermosa ciudad, desde la catedral gótica hasta el convento que alberga la pintura original de la última cena del pintor Leonardo da Vinci. Estaba muy emocionada. Así que decidió dormir temprano, para estar lista y no quedarse sin conocer parte de la historia de Italia.
De repente por su mente pasó Marco, se supone que él la llevaría a conocer esos lugares. Él fue quién le habló de la pintura y de todo eso que ella añoraba conocer. Su mirada se entristeció. Lo extrañaba como nunca había extrañado a nadie. La sola idea de darle nombre a ese sentimiento la asfixiaba. No quería pensar en el amor, eso era algo que ya había pasado y él demostró que no la quería lo suficiente como para luchar por ella y eso que decía sentir. Se quedó dormida pensando en qué estaría haciendo él en esos momentos, seguro la está pasando bien o tal vez solo talvez la extraña como ella lo extraña.
Al día siguiente se levantó temprano, no tuvo tiempo para lamentarse. Se arregló y salió prácticamente corriendo, desayunando en el recorrido. Bajó y el grupo ya se estaba formando, se sentía extraña era la única que no iba con varías personas, pero eso no la hacía menos había pagado para ir a esa excursión y no se echaría para atrás. Montó en el mini troley que los llevaría a los lugares más hermosos de la ciudad italiana.
Llegaron a la catedral gótica, su estilo era único y hermoso. Ella quedó encantada con toda su historia. Sin parar fueron directo a un museo de arte donde presentaban los más hermosos cuadros y así sucesivamente fueron visitando cada parte de esa majestuosa ciudad. Llegaron al convento y se llenó de regocijo al ver la pintura de la última cena. Era verdaderamente fascinante. Después de un largo y cansado día en el que no había tomado un bocado, llegaron al hotel. Se sentía cansada, más de lo normal. El sueño se apoderó de ella. Quedando rendida en los brazos de Morfeo.
Despertó con el ruido de su teléfono celular, había dormido apenas dos horas. Vió que eran las siete de la noche. Era tarde, el desfile comenzaba a las nueve y quería estar allí antes. Corrió al baño para bañarse, pronto sacó ropa de la maleta, no la había sacado por que ya se iría al próximo día y no tenía caso. Se puso un vestido blanco, zapatos negros y prendas en combinación con los zapatos. Puso su labial rojo y sin más salió de su habitación. No miro su celular para nada. Ni se acordó de llevarlo. Bajo para tomar un buen asiento. Deseaba surtir su armario y qué mejor ocasión.
Entró y caminó entre la gente, había famosos como Jlo, Cardo B, Rosie Huntington—Whiteley, Rita Ora, Nicki Minaj y Chiara Ferragni entre otros. Estaba repleto, pronto tomarían sus lugares. Pidió una copa de vino para pasar la noche, desde la mañana no se sentía bien seguro el vino le cae mejor. Al olerlo tuvo asqueadas, era su vino favorito. Algo definitivamente le había caído mal. Seguro fue el no hacer las tres comidas desde el día anterior. Dejó la copa a un lado y se sentó.
— ¿Destiny? — escucha una voz femenina y voltea a ver.
— Jannette, ¿qué haces aquí?— Jannette era una ex compañera de clases que se había casado con un multimillonario director de cine.
— Pues ya sabes, a mi esposo le gusta complacerme en todo. — dice mordiendo una uña.
— Ohh si, lo olvidaba. —contesta Destiny con una sonrisa falsa.
— Si ¿tu que haces por aca?
— Bueno sabes que me puedo dar estos pequeños gustos y pues aquí estoy disfrutando de unas merecidisimas vacaciones.
— Ayy, si me enteré de lo de tu "matrimonio." lo lamento, sabía que ese parásito no te haría feliz. — dice soltando su veneno.
— Eso fue lo mejor que me pasó. Hoy por hoy me he dado cuenta que él fue solo algo pasajero y que no lo amé como pensaba. — dice restando importancia. Desde el día de su boda nadie había mencionado nada, pero se dió cuenta que no le importaba ya más ese asunto.
— Me alegro, espero volverte a ver pronto— dice Jannette despidiéndose.
— Lo mismo digo— dice ella recibiendo los dos besos en las mejillas que le dió su ex compañera de clases.
El desfile pasó sin mayor complicaciones, apuntó dos piezas que le encantaron y salió de allí. Se sentía extremadamente cansada. Seguro fue toda la excursión del día. Al día siguiente saldría para Venecia donde quería ir en góndola. Si, ese era su sueño. Aunque fuera sola.

Al día siguiente, Destiny viaja en tren desde Milán hasta Venecia donde tomó un taxi para llegar al hotel que había escogido para su estadía de dos días. Ya la reservación estaba lista era sólo llegar a registrarse y punto.
Subió a su habitación, en Venecia había reservado con un grupo de turistas un tour para el día siguiente. Subió para refrescarse, pasó dos horas y media en el tren, aún era temprano así que bajará a la piscina para solearse un poco y así soltar sus preocupaciones. Dejó sus cosas personales en la habitación y bajó con una toalla.
Ya en la piscina vió un buen ambiente, parejas disfrutando del sol y la piscina, hombres trajeados como si de una convención se tratara, unos solos, otros acompañados. En fin ella paso por el lado de todos con su traje de baño de dos piezas color negro. Se acostó en una de las tumbonas que había disponible y se dispuso a juntar un bloqueador solar.
Ve un hombre elegante y muy guapo acercarse a ella con una piña colada y un vaso de whisky en la otra mano.
— Buon pomeriggio, questo dettaglio è un piacere per la sua bellezza (Buenas tardes, este detalle es por deleitar con su belleza) — habla el hombre alto, de cabello negro y piel perfectamente bronceada. Haciendo que se marcaran más sus ojos verde claro.
— Disculpe no hablo italiano — dice avergonzada — solo inglés y español. — dice en español tratando de hacer que el hombre la entienda.
— Oh, no hay problema, hablo español perfectamente. Pero me puedes enseñar el inglés si así lo deseas. — dice sonriendo.
Destiny miró su sonrisa y en si el hombre era muy apuesto, muy elegante y sobre todo carismático. Se vio comparándolo con Marco, que si bien el hombre era guapo a ella le gustaba el castaño de ojos azules del cuál no había sabido nada desde Francia.
— Un placer, Carlo Moretti — dice extendiendo su mano después de haber puesto la piña que contenía el cóctel en la mesa adjunta a la tumbona.
— El placer es mío, Destiny O'Reilly. — dice con una hermosa sonrisa.
— Me gustaría invitarte a cenar, si no tienes ningún compromiso claro está.— comenta Carlo tomando asiento en la tumbona a su lado
— Por supuesto que aceptó , venir de vacaciones sola a veces es muy aburrido y más a la hora de cenar. — dice, el hombre era muy guapo y encantador.
— Si lo sé, a mi me toca aguantar dos días de conferencias mientras mi socio y amigo se da la buena vida con mujeres. —dice algo resignado.
— Siempre pasa, mis amistades se quedaron en Francia y España yo solo estaré hoy y mañana ya que el jueves parto para Pisa, ya me estoy despidiendo de mis vacaciones. Para volver a la realidad. —dice con pesar.
— Siempre es una pena que se acaben las vacaciones pero hay que trabajar, el dinero no llega sólo.
— Eso es cierto y en estas como que me he lucido comprando y pues. Mi cuenta pronto estará en números rojos. — dice entre risas.
— ¿Cuánto tiempo vas a estar en Pisa?
—Solo dos días y tres noches.
— ¿Qué bien? Yo también viajo a Pisa el jueves, podemos hacer el viaje juntos y así te sirvo de guía.
— Sería genial. — a Carlo le pareció hermosa su sonrisa y se vio deseando probar aquellos labios rosados.
— Bien, no te quito más tiempo.Pronto comenzará la próxima ronda de conferencias. —Su gesto era cansado— Te espero en el recibidor del hotel a las 20 horas para cenar. Que disfrutes tu cóctel.— guiña un ojos y se va.
Era un hombre interesante, se veía que por mujeres no pecaba, pero ella debía admitir que le hubiera gustado que fuera Marco quién la acompañará esa noche y no un perfecto desconocido.
Las horas pasaron, ella subió para bañarse y poder así arreglarse para su cita con Carlo. Mientras Carlo en su habitación tiene una conversación con su socio y mejor amigo Marco D'Angelo.
— ¿Cómo te fue en la convención?— pregunta Marco.
— Perfectamente, como siempre las conferencias son un dolor de cabeza pero esta tarde conocí a una hermosa rubia, se ve que es turista de lejos. —dice Carlo con sonrisa satisfactoria—. Seguro me la llevaré a la cama hoy. Aceptó cenar conmigo.
— Tu no cambias hermano— dice Marco entre risas.
— ¿Para qué? los placeres de la vida son para disfrutarlos. —alega Carlo.
— Bien y se puede saber si conoces al menos el nombre de la víctima.— dice entre risas— digo me confundí, de la mujer.
— No te voy a decir, tu no me contastes quien es la mujer que te trae por las cunetas. Pero soy bueno y te la voy a presentar en dos días.
— ¿La vas a traer?— pregunta insistente.
— No, tan solo estoy por el mismo camino que ella y me ofrecí a ser su guía.
— Bien, pues te veré el jueves y así conoceré a la misteriosa mujer.
— Si, separa una cena para tres en nuestro restaurante favorito.
— Ni sueñes que estaré de chaperón, yo llevaré a la primera que aparezca de frente.
— ¡Bien hermano! Pues para cuatro. Cenaremos el jueves juntos.
— Claro, a la hora de siempre y así me cuentas qué tal te fue con la convención.
— Vale. —Carlo mira el reloj de pulsera que tiene puesto. —te voy a dejar, ya se acerca la hora de bajar a cazar.
— Suerte con eso. Cuidate!
— Si te llamo cualquier cosa.
— Vale.

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