Capítulo Final

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Destiny se arregló para la cena de bienvenida de la convención de Coleccionistas de antigüedades a la que debía asistir. Vanne debía llegar para cuidar a Mía que ya estaba dormida. Destiny se puso un vestido azul marino con joyas en oro blanco. Se recogió su cabello y se maquilló como acostumbraba. Vanne llegó justo diez minutos antes de que tuviera que bajar. Destiny tomó su bolso de mano y bajó hasta la sala donde se haría el evento. Había empresas de todos los países. La noche fue tranquila, respiró tranquila al no encontrarse a Marco en ningún momento. Seguro no estaba en ese hotel. Todo estuvo bien hasta que Enrique un ex compañero de clases la invitó a una exposición. En eso cayó en cuenta de que se trataba y sin pensarlo mucho rechazó la invitación.
Había comprendido que Marco estaría allí y no quería encontrarlo. Aún le afectaba verlo, aún lo amaba y no se podía permitir volver a sufrir por sus inseguridades. Ya no tenía veinticinco, ya era una mujer de treinta años y no pretendía seguir ese juego. Lo sentía por su hija que en algún momento sabrá que es su padre, pero por lo que a ella respecta no buscaría darle una oportunidad.
Al día siguiente se levantaron temprano, no es que Mía las dejara dormir mucho. Bajaron a desayunar, Vanessa cuidaría a Mía en lo que Destiny iba a la convención. Entraron al restaurante y pidieron una mesa para tres. Las escoltaron a una mesa donde la vista era hermosa. Mía se sentó frente a su madre pegada al ventanal. Están entretenidas conversando en lo que llega la comida cuando ven a un hombre tomar asiento a su lado.
— Marco! —exclama Mía haciendo que su padre la mire extrañado. —Mamá, Marco nos vino a acompañar. —se levantó de la silla para darle un fuerte abrazo.
— Mi principessa que bueno que te alegra verme.— la niña sonríe.
— Gracias por las flores— dice la pequeña.
— No me las tienes que dar, esas son las primeras de muchas. —dice dejando un beso en la frente de la niña.— ya veo que mamá te dijo mi nombre.
— Si, pero no me leyó la tarjeta. —la busco en su mini cartera de muñeca y se la enseñó. — ¿Tú me la puedes leer?
— Por ...
— Nooo. —interrumpió rápidamente Destiny llamando la atención de los presentes—. Gracias por las flores pero no eran necesario, y por lo demás... —Marco se levanta serio, ya no era el mismo de hace cinco años atrás,esta vez no dudaría en hacerla entrar en razón. A sus cuarenta ya sólo deseaba estar con la mujer que ama y su hija.
— Destiny acompáñame, debemos hablar. —Se miran retándose con la mirada.
— No tengo nada que hablar contigo Marco. —Ella lo enfrenta.
— Hazlo por Mía, hazlo por ella. —Destiny miró a su hija que estaba a punto de echarse a llorar y cedió a la petición de Marco.
— Vane vela que Mía se lo coma todo. —Vanessa asintió.
— Ve mi amor, ve a desayunar antes que la mamá le regañe, cuando vuelva te la leeré ¿esta bien? — ella asiente y se va a su lugar donde la esperaba su desayuno.
Marco y Destiny salieron del restaurante, Marco la invitó al jardín del hotel y se sentaron en un banco.
— Ya estamos aquí, qué es lo que quieres, no tengo mucho tiempo.— dice mirando su reloj de pulsera.
— Destiny, creo que Mía tiene derecho a saber que soy su padre.
— Ahora eres su padre, que le hizo convencerse señor D'Angelo, hace cinco años atrás no pensaba lo mismo. —Cerró los ojos y recordó la última conversación.

« Flashback »

— Debemos hablar de nuestro bebé, Marco. — dice en cuanto el doctor cierra la puerta.
— ¿Nuestro? No tengo la certeza que ese niño sea mío.
— No te atrevas siquiera insinuarlo. —dice Destiny con su mandíbula contraída.
— Me atrevo a eso y mucho más, eres una...
— ¡Basta! Eres un completo imbécil si piensas que voy por la vida acostándome con el primero que me dé las gracias.
— Ah ¿y no es cierto?
— No, no lo es.
— Pues conmigo no fue que...
— Escúchame bien Marco D'Angelo. Te vas a arrepentir una y mil veces por haber negado a este niño, te veré llorando lágrimas de sangre por él. —dice muy determinada Destiny.
— Eso nunca ocurrirá— dice Marco furioso.
— Eso ya lo veremos.
« Fin del flashback »

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