Viajera

Capítulo 11

Ya se sentían un poco mareados, el restaurante tenía una atracción de bailarines. Cosa que a los comensales les gustaba. Decidieron salir del restaurante, Destiny necesitaba caminar, ya el vino estaba empezando a pasar factura y no quería arruinar la noche que apenas estaba empezando. Decidieron ir al parque grande Jose Antonio Labordeta. De noche era toda una experiencia, sus fuertes llenas de colores hacía del ambiente idílico para una noche especial.
Mientras iban en el taxi observaron todo, él conocía mucho la cultura española, le contaba todo lo que él conocía de la historia de tan fascinante ciudad. Llegaron y bajaron para caminar. A Destiny le hacía mucha ilusión conocer el parque, lo habían mencionado como uno de los más hermosos lugares turísticos de la zona. Comenzaron su andar hasta llegar a una de sus fuentes. Se sentaron en un banco que había cerca de esta. Las luces que se reflejaban en el agua hacían ver el lugar mágico. Recordó con ilusión que escogieron los lugares que querían conocer. Sus ojos se cristalizaron y Marco se dió cuenta.
— ¿Te ocurre algo? Dije algo que te... — ella lo interrumpe poniendo su dedo índice en sus labios.
— Sigue hablando, no es nada. —pide bajando su mirada.
— Dime la verdad, si te molesto... —ella niega enfrentando su mirada. Sé veía tan hermosa con el reflejo de las luces en sus ojos que no pudo aguantar más y la volvió a besar. No era uno de esos tantos besos que él solía dar. Era un beso que le salía desde lo más profundo de su ser. Esa mujer lo había embrujado. Era la única explicación que tenía para comprender lo que le estaba pasando con ella. Del por qué sentía toda esa corriente por su torrente sanguíneo. Su lengua se abrió paso en su boca provocando el gemido de la mujer.

Cuando terminó de degustar su boca separaron sus labios más no así sus cuerpo, estaban tan pegados que podían ser uno. Eran como la pieza faltante del otro y lo comprendieron todo. Sus miradas hablaban por ellos. Marco entendió que la deseaba como nunca deseo a una mujer en su vida y ella comprendió que nunca encontraría a un hombre que la hiciera sentir como él lo hace.
—Perdóname, no qui...
—Shhh, déjame impregnarme de tu olor. —pide él rozando su nariz con la de ella. Bajó oliendo su perfume por todo su cuello hasta llegar a su hombro donde dejó algunos besos húmedos. Besos que la hicieron estremecer y desear más de su toque. La miró a los ojos y vió el mismo deseo que había en él. Entonces se lanzó sin pensar en que podía ser rechazado.
—Vamos al hotel. —propone sobre sus labios, rozandolos con cada palabra. Ella solo asiente. Su voluntad la ha abandonado a buen vivir, a su razón la han secuestrado y no aparece por ningún lado, solo queda la lujuria en sus pensamientos. Esa que la hace desear cada centímetro del hombre que tiene frente. Buscan un taxi para que los lleve a su hotel. Cuando bajan del taxi entrelazan sus manos y suben así a su habitación.
Cuando entran, Marco cierra con seguro, a Destiny le corre un frío por su columna. Este la abraza por la espada dejando besos en su cuello, hombro. Vuelve a subir por su cuello hasta llegar al lóbulo de su oreja.
—Te deseo. —pronuncia con voz ronca haciendo que Destiny perdiera la poca cordura que le quedaba.
Cierra los ojos para sentirlo rozar con sus dedos su piel. Se sentía tan bien que no podía resistirse. El baja la cremallera del vestido haciendo que este caiga al piso dejándola solo en su ropa interior. Sus pantis eran de encaje rojos, al ser un vestido sin mangas, no llevaba sostén cosa que le facilitó el trabajo a Marco. La volteo para mirarla a los ojos. Quería ver si por alguna razón se arrepentía.
—¿Segura? —ella asintió sin dejar de mirarlo, lo deseaba tanto o más que él a ella. Volvió a apresar sus labios está vez no habría nada que lo detuviera.
Mientras la besa ella va quitando la camisa de Marco con desespero deseaba tocar ese cuerpo, necesitaba sentirlo. Desde la mañana deseaba tocarlo. Cuando al fin quitó su camisa palpo cada centímetro de su pecho bajando hasta su abdomen.
Él al sentir su toque la besa con más ahínco, sacando un gemido de sus labios hinchados de deseo. Baja sus besos por su cuello mientras masajea esa parte de su anatomía que tenía a su disposición. Va dejando besos húmedos por todo el valle de sus senos hasta llegar a ellos y saciar su necesidad. Un gemido suave salió de los labios de Destiny, después que jugó con sus pechos volvió a sus labios. La tomó por la cintura para acostarla en la cama. Esa noche la disfrutaría. La haría gritar su nombre, quería saborear todo su cuerpo. Baja con sus besos por su abdomen haciendo que Destiny aguantara la respiración. Sus nervios estaban a flor de piel, se sentía como si fuera su primera vez. Marco baja sus labios hasta su monte de Venus mordiendo por encima de su ropa interior. Una corriente se posa en su sexo, ella cierra sus ojos más cuando el comienza a bajar sus pantis dejándola expuesta ante sus ojos.
— Realmente eres una diosa. —alega y vuelve a situarse entre medio de sus piernas haciéndo qué las abra para él. Baja sus besos por sus piernas hasta llegar al interior de sus muslos. Rozó con su lengua su sexo, la mujer se arqueo al solo sentir su roce. Para él era fascinante verla disfrutar de cada toque. Así que con calma y controlando sus propios instintos comenzó a ofrecerle el mejor sexo oral que había regalado a su amante. Después de haberla hecho llegar a la cúspide de sus deseos, baja su pantalón, saca a su amigo que gritaba deseoso por salir y hundirse en ella. Se puso un condón, lo lubricó con la misma excitación de la mujer y la penetró poco a poco.
Se sentía fascinado por la estrechez de ella, sentía que podía desfallecer. Cuando al fin había entrado completo comenzó a moverse poco a poco haciéndola delirar de placer. El movimiento aunque lento era fuerte, la hacía sentir completa. Según iba moviéndose sus gemidos seguían aumentando. El placer que se estaban regalando era algo de otro mundo, nunca ninguno de los dos se habían entregado de esa manera. Sus embestidas fueron más rápidas y ella hundió sus uñas en sus espalda. Sus miradas nunca se desviaron. Llegaron a su orgasmo juntos. Sin salir de ella, con sus respiraciones agitadas Marco descansab sobre su pecho.
Ya repuesto la miro a los ojos, dejó un beso en sus labios para salir de ella poco a poco. Fue al baño y puso a llenar la tina. Cuándo vió que estaba a medio llenar, la buscó y entre sus brazos la acomodó frente a él.
Se adentraron juntos al agua tibia.

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AY YA YAY, AHORA SI QUÉ ESTO SE TERMINÓ DE SALIR DE CONTR9L. BUENO, YA SE QUITARON EL DESEO. SEGÚN MARCO ERA ALGO DE UNA PR9VADITA, VAMOS A VER SI SERÁ SOLO UNA O VARIAS.

Conclusión de la noche.