Solo Mía: Riley x Valentina

Capitulo 7: Marcas de Posesión

Las semanas pasaron rápidamente, llenas de momentos intensos y emocionantes para Riley y Val. Desde que comenzaron a compartir besos furtivos y caricias discretas, una conexión más profunda había florecido entre ellas. Val, quien al principio encontraba la ternura de Riley algo empalagosa, ahora se encontraba disfrutando de cada gesto afectuoso de la menor.

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Las tardes después de los entrenamientos se habían convertido en su momento favorito del día. Val y Riley se escabullía, lejos de miradas curiosas. Val se recostaba contra la pared, atrayendo a Riley hacia sí con un movimiento decidido. Riley, con una sonrisa tímida y los ojos brillantes, se dejaba envolver por los brazos de Val.

—No sé cómo logras siempre hacer que me sienta tan bien, Val —murmuraba Riley, acariciando suavemente la mejilla de la mayor.

Val sonreía y acariciaba el cabello dorado de Riley, disfrutando de la calidez de su cercanía.

—Tal vez porque tú me haces sentir igual, pequeñita —respondía Val, antes de inclinarse para besarla suavemente.

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Aparte de sus encuentros "cariñosos", Val y Riley pasaban mucho tiempo juntas. Desde paseos por el parque hasta tardes de estudio en la biblioteca, siempre encontraban una excusa para estar una al lado de la otra. Val había descubierto que Riley no solo era adorable, sino también increíblemente inteligente y apasionada por la música. Escuchar a Riley tocar la guitarra se había convertido en uno de sus placeres secretos.

—Eres increíble, Riley —decía Val después de que la menor terminaba una canción. —Nunca había conocido a alguien tan talentosa.

Riley se sonrojaba y sonreía, sintiendo que su corazón se aceleraba cada vez que Val la miraba con esos ojos llenos de admiración.

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Sin embargo, con el paso de los días, Val comenzó a sentir algo nuevo y un tanto perturbador: celos. La idea de que alguien más pudiera disfrutar de la ternura de Riley le resultaba intolerable. Y aunque sabía que Riley era tímida y reservada, no podía evitar sentir una punzada de inseguridad cada vez que alguien se acercaba demasiado.

Una tarde, Mientras estaban caminando por los pasillos de la escuela, Val notó que Riley estaba conversando con Casey. Aunque la conversación parecía inocente, Val sintió que la sangre le hervía. Casey siempre había sido amigable con Riley, pero últimamente, Val notaba que se acercaba más de la cuenta, haciendo bromas y dándole uno que otro abrazo amistoso

Val se acercó con pasos firmes, sus ojos fijos en la escena que se desarrollaba frente a ella. Casey, con su actitud despreocupada, le decía algo a Riley que la hacía reír. Luego, sin previo aviso, la envolvió en un abrazo breve pero afectuoso. Val sintió cómo la rabia crecía dentro de ella, casi cegándola.

—¿De qué estaban hablando? —preguntó Val, tratando de mantener la calma mientras se acercaba a Riley, su voz un filo cortante que no pasaba desapercibido.

Riley, sorprendida por el tono serio de Val, levantó la vista con una expresión de confusión.

—Oh, solo estábamos hablando del próximo partido... —dijo Riley, buscando las palabras adecuadas para tranquilizar a Val.

Val frunció el ceño, y Riley notó cómo sus ojos oscuros se estrechaban con desconfianza.

—De hecho, Casey... ¿podrías ir a ver si ya está lista la nueva cancha de hockey? —añadió Riley rápidamente, mirando a Casey con una sonrisa forzada. —Dijeron que iban a inaugurar una nueva estaba tarde.