Capitulo 5: Atrapada en el Deseo

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Riley permaneció en la mesa del aula, sumida en un torbellino de pensamientos y emociones después de la partida de Val. El ambiente se había enfriado, y las sombras del atardecer se extendían por el aula, acentuando la soledad en la que se encontraba. Sus labios todavía sentían el cálido y suave contacto de los de Val, y su mente no dejaba de girar en torno a las palabras que la mayor le había susurrado al oído.

"Solo mía", había dicho Val. Esas palabras resonaban en la mente de Riley como un eco persistente, mezclando deseo y confusión en un cóctel embriagador. La joven rubia se sentía atrapada en una red de emociones contradictorias que la desorientaban y la hacían cuestionar sus propias decisiones.

Finalmente, se levantó de la mesa y salió del aula, intentando dejar atrás la intensidad del momento. Caminó lentamente por los pasillos vacíos de la escuela, con la mente todavía nublada por el encuentro con Val. Mientras avanzaba, sus pensamientos se entrelazaban con una creciente sensación de inquietud. ¿Había hecho lo correcto al permitir que Val la besara? ¿Estaba realmente lista para lo que Val esperaba de ella?

Riley llegó a su casillero y lo abrió con manos temblorosas. Sacó sus libros y se dirigió a la salida, sintiendo una mezcla de alivio y ansiedad al dejar la escuela atrás. La tarde se había transformado en un anochecer cálido, y las luces de las farolas comenzaban a encenderse mientras Riley caminaba hacia su casa. El camino estaba en silencio, excepto por el murmullo lejano del tráfico y el canto ocasional de un pájaro nocturno.

Cuando llegó a su casa, Riley subió directamente a su habitación. Cerró la puerta y se dejó caer en la cama, mirando el techo mientras intentaba ordenar sus pensamientos. La imagen de Val se repetía una y otra vez en su mente, su sonrisa enigmática, sus ojos intensos, el toque de sus manos.

Sin embargo, la tranquilidad de la noche se vio interrumpida cuando su teléfono vibró en la mesita de noche. Riley lo tomó y vio un mensaje de Val.

—Espero que llegues bien a casa. Nos vemos mañana—

El corazón de Riley dio un vuelco al leer el mensaje. Sus dedos temblaron mientras respondía, intentando mantener la calma.

—Gracias, Val. Ya estoy en casa. Nos vemos mañana—

Envió el mensaje y se quedó mirando la pantalla del teléfono, esperando una respuesta que nunca llegó. Con un suspiro, dejó el teléfono a un lado y se dispuso a prepararse para dormir, aunque sabía que el sueño sería difícil de alcanzar esa noche

...

Al día siguiente, Riley llegó a la escuela con una mezcla de nerviosismo y expectación. No podía evitar buscar a Val con la mirada cada vez que pasaba por los pasillos. La inquietud crecía en su pecho cada vez que pensaba en el encuentro que habían tenido, y no sabía cómo enfrentarse a la mayor.

Las clases pasaron en un suspiro, y antes de que se diera cuenta, llegó la hora del almuerzo. Riley se dirigió al comedor, donde se encontró con Casey, un amigo de "confianza" que siempre la apoyaba. Bueno la mayor parte del tiempo era un egocéntrico, tonto que no pensaba en otra cosa que fuera hockey, solo se acercaba a Riley para pedirle ayuda con alguna materia que no entendía. Era una de las pocas personas con las que Riley socializaba.

—Hey Minnesota, ¿estás bien? Pareces distraída —dijo Casey, mirándola con preocupación mientras se sentaban a una mesa.

Riley forzó una sonrisa y trató de actuar con normalidad.

—Sí, solo estoy un poco cansada —respondió, evitando la mirada de Casey.

Sin embargo, Casey no se dejó engañar fácilmente.

Solo Mía: Riley x ValentinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora