El vestuario de las Fire-Hawks estaba casi vacío. Lynn estaba guardando sus cosas después de la práctica cuando la entrenadora se le acercó.
—Lynn, ¿puedes hacerme un favor?— dijo la entrenadora con una mirada preocupada.
Lynn levantó la vista, sintiendo un nudo en el estómago. Sabía que Riley no había ido a los entrenamientos últimamente y sospechaba cuál sería el motivo de la preocupación de la entrenadora.
—Claro, entrenadora. ¿Qué necesita?— respondió Lynn, tratando de mantener la calma.
—Estoy preocupada por Riley. No ha venido a los entrenamientos y no responde mis mensajes. ¿Podrías ir a su casa y ver cómo está?—pidió la entrenadora con seriedad.
Lynn asintió, aunque una sensación de inquietud se apoderó de ella. —Sí, iré a verla ahora mismo.
La entrenadora le dio una sonrisa agradecida antes de alejarse, dejándola sola en el vestuario. Lynn respiró hondo y salió rápidamente, dirigiéndose a la casa de Riley. El camino no fue largo, pero con cada paso, su nerviosismo aumentaba. Al llegar, tocó el timbre y esperó.
La puerta se abrió y Riley apareció, sonriendo al ver a su amiga. —¡Lynn! ¿Qué haces aquí?
Lynn intentó devolverle la sonrisa, pero Riley notó de inmediato algo extraño. Sus ojos se fijaron en los moretones que se asomaban por debajo de las mangas de Lynn.
—¿Qué te ha pasado?—preguntó Riley con voz preocupada, tomando suavemente los brazos de Lynn para examinarlos.
Lynn bajó la mirada, sintiéndose vulnerable. —Es... nada, solo unos accidentes tontos.
Riley frunció el ceño, levantando una mano para tocar la mejilla de Lynn, donde había un leve moretón. —Esto no parece un accidente tonto. ¿Quién te hizo esto?
Lynn tragó saliva, sintiendo un torbellino de emociones. —Riley, la entrenadora está preocupada por ti. No has ido a los entrenamientos y quiere saber si estás bien.—
Riley suspiró, sintiendo una mezcla de preocupación por su amiga y culpa por no haber asistido a los entrenamientos. —Estoy bien, solo... necesitaba un tiempo para mí.
Lynn asintió, comprendiendo. —Entiendo, pero deberías hablar con la entrenadora. Está realmente preocupada por ti.
Riley asintió lentamente. —Lo haré, prometo que lo haré. Pero ahora, hablemos de ti. ¿Quién te ha hecho esto, Lynn?—
Lynn se sentía nerviosa; sus sentimientos por Riley la estaban matando. El sentir sus dedos sobre su mejilla y brazo hizo que sus propias mejillas se tornaran rojizas. Bajó la mirada mientras pensaba en la pelea que tuvo con Val. Una parte de ella quería decir la verdad, pero la otra no quería empeorar las cosas entre Val y Riley. Entonces, le mintió a Riley.
—Fue solo un malentendido en el entrenamiento. Nada de qué preocuparse— dijo, tratando de sonar convincente.
Riley le creyó la mentira, aunque seguía preocupada. Lynn se alejó un poco de Riley, intentando no parecer nerviosa.
—Ven, deja que te cure esos moretones—insistió Riley.
Lynn negó rápidamente. —No es necesario, Riley. Estoy bien, de verdad.—
—Por favor, Lynn. No me sentiré bien si te dejo ir así— continuó Riley, con una mirada insistente.
Lynn suspiró, sabiendo que sería inútil seguir negándose. Aparte, casi nunca se curaba sus heridas y no le parecía buena idea estar tan cerca de Riley con esos sentimientos, pero la persistencia de Riley la hizo ceder.
ESTÁS LEYENDO
Solo Mía: Riley x Valentina
FanfictionRiley, una joven tímida y reservada, se une al equipo de hockey de las Fire-Hawks donde conoce a Valentina Ortiz, conocida como Val, la carismática y manipuladora capitana del equipo. Val desarrolla una obsesión por Riley, deseando poseerla completa...