56. Mañanas

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Advertencia: Contenido Explícito

Seven - Jung Kook, Latto

Despertar con Fred por la mañana era maravillosamente horrible. Principalmente porqué él era una persona madrugadora y yo era lo contrario, porque él me despertaba temprano y yo aún quería dormir unos minutos más, aún qué no me quejaba de los besos en mi cuello o las manos recorriendo mi cuerpo. Ya llevaba dos semanas viviendo con los gemelos y Fred estaba más que feliz, según George no había parado de sonreír. Lo cuál era porque siempre me despertaba temprano para hacerlo y levantarse de buenas. Lo cuál sólo me hacía feliz también a mí.

-buenos días -suspiré con una sonrisa boba sintiendo los besos y apretones en mis senos

-Buenos días, preciosa -subió a dejar un beso en mis labios y volvió a bajar a mis senos

Sus manos apretaban y masajeaban mi seno y mi cintura haciéndome subir las caderas con necesidad sintiendo su abdomen directamente contra mi intimidad húmeda haciéndome gemir. Cambió la atención en mis senos soltando un gemido gustoso y comenzando a bajar sus besos por mi abdomen hasta sentirlo lamer mis pliegues, coloco mis muslos sobre sus hombros tomándome por la cintura apretando. Mis manos se aferraron a su cabello, pero sus manos las quitaron de ahí rápidamente, lo miré confundida y cuando menos lo pensé tenía los ojos vendados y las manos amarradas sobre mi cabeza en la cabecera de la cama.

-Fred -suspiré

Sus manos volvieron a mi cintura a apretar mientras sus labios y lengua succionaban mi clítoris o lamían mis pliegues con toda la tranquilidad del mundo haciéndome sentir espasmos en todo mi cuerpo soltando gemido alto trás gemido alto de su nombre. Me estaba retorciendo bajo su toque y sólo podía escucharlo gemir de satisfacción cada vez que besaba mi intimidad o pasaba su lengua entre mis pliegues. Mis paredes se apretaban contra la nada, para después ser tentadas por la punta de su lengua en mi hendidura presionando, yo solo podía tratar de mover mis caderas más cerca de su cara.

-Fred

Gemí cuando sus manos subieron a pellizcar mis pezones y después apretar mis senos cómo me gustaba, pero dejo de atender mi intimidad.

-¡Dios! eres adictiva

-Fred -supliqué

Lo sentí subir sobre mí, sus labios tocaron los míos ligeramente bajando a mi cuello y deteniéndose en mis senos nuevamente, podía sentir sus gruñidos cuando su punta rozó con mis pliegues haciéndome gemir necesitada. Pasó varias veces la punta de su erección entre mis pliegues tentando mi clítoris y mi entrada haciéndome retorcer y gemir sin control. Lo necesitaba dentro y sólo podía apretar mis paredes contra la nada mientras lo sentía sonreír sobre mis pezones cada vez.

-Freddie, por favor, te necesito -volví a suplicar cuando su punta se adentro en mi hendidura

-Me gusta cuando súplicas -gruñó y sin aviso me embistió haciéndome arquear la espalda

-¡Oh Dios! -gemí alto

Las embestidas siguieron rudas y rápidas, su mano en mi seno mientras su lengua y boca se encargaban del pezón contrario, y su otro brazo rodeando mi cintura. Mis piernas, apretando su cintura constantemente para mover mis caderas, mi boca abierta soltando los sonidos más pornograficos que podía escuchar, la piel golpeando me hacían sentir más húmeda y apretar mis manos contra las sogas que ataban mis muñecas. Subió a besarme apasionadamente sin dejar de atender mis senos con su mano.

Gemí sobre sus labios cuando cambió la posición dejándome a horcajadas sobre él, aún con las manos atadas ahora sobre nuestras cabezas y sintiéndolo frotar su pelvis con mi clítoris mientras su miembro llegaba más profundo dentro de mi, caí sobre su pecho sonriendo y moviendo mis caderas para montarlo.

𝐂𝐚𝐝𝐞𝐧𝐚 𝐝𝐞 𝐟𝐚𝐯𝐨𝐫𝐞𝐬 • 5ta RD Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora