33. a escondidas

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Crazy for you - Adele

La salida a Hogsmeade llegó demasiado rápido, inventé que tenía que hacer algunos encargos para la profesora de estudios muggles y seguí mi camino sola entre las calles de Hogsmeade viendo los escaparates de joyerías, Honeydukes, Zonko's, las tres escobas, lugares de útiles escolares, lindos vestidos, lindas túnicas, restaurantes más variados, algunos locales de ingredientes de pociones, etc., hasta llegar a la librería local, busqué algunos libros que quería y algunos que necesitaba para informarme sobre empleos mágicos que pudiera tomar después de mi último año, encontré algunos folletos que llamaron mi atención y salí feliz con mi bolsa de compras leyendo sobre relaciones con muggles dentro del ministerio, me llamaba un poco la atención trabajar en el ministerio, los trabajos de oficina en general me gustaban mucho.

Cuando llegué a la tienda vi a Fred en el escaparate dándome la espalda buscando algo entre los artefactos electronicos muggle. Sonreí y entré sin más visualizando a Margaret al otro lado del mostrador organizando unos cassette en una caja de madera.

-Buenos días, Margaret

-Buenos días, querida -me sonrió mirándome sobre sus gafas- Tu novio ya está en la sección de música -indicó con un asentimiento

-Muchas gracias -reí acercándome a ella para comenzar a hablar bajo-, pero primero quiero hablar con usted. Necesito un consejo.

-Soy toda oídos, muñequita

-Hubo un problema...

Le conté todo lo que había pasado, desde mis dudas hasta la reconciliación, ella me escuchaba atentamente haciendo preguntas entre líneas y de más. Hasta que terminé de hablar y le pedí una opinión asintió pensando un poco.

-Esté chico... el tercero en discordia ¿Te ha buscado desde tu ataque de pánico?

-No -dije confundida- lo cuál me parece extraño desde que dijo que le gustaba, no se ha acercado, ni intentado nada.

-Tal vez ese chico sólo estaba encaprichado contigo, te vió feliz con alguien más y decidió hacerlo más imposible, pero cuando tuviste ese ataque y el estuvo presente simplemente se dió cuenta que no quería estar ahí si volvía a pasar. Así son los hombres, siempre buscan algo, cuando lo consiguen y no pueden manejarlo, lo botan sin más. Dicelo a mi esposo, comenzó una colección de electrodomésticos muggle y terminó con una tienda de todas sus nuevas colecciones -rió por el recuerdo

-¿Y sobre mis dudas?

-Eres una niña, estúpida -dijo restándole importancia haciéndome fruncir el ceño-. No me mal entiendas, querida. Puedes ser Ravenclaw pero a veces a ustedes les cuesta esto de 'abrazar' sus sentimientos; mi marido también dudo mucho durante nuestro matrimonio, siempre dudaba, pero no se iba, no me engañaba, no me dejaba de amar, simplemente tenía miedo de herirme al decir o hacer alguna de sus estupideces, solo se perdió en la rutina y yo siempre tenía que sacarlo de ella llevándolo por ahí, a explorar, a conocer. Si nos perdíamos lo haríamos juntos -se encogió de hombros-. Mi marido era muy cuadrado cuando lo quería y muy libre cuando otras cosas. Pero era mi marido y lo amo por eso, tus dudas son inseguridades disfrazadas, tienes miedo de hacer algo mal y que te dejen, me imaginó que por tus padres, eso no se desarrolla en una relación de apenas un año, requieres vivir muchas etapas con ciertas personas para que eso ocurra. Tu miedo al rechazo, al abandono y a la falta de atención te hicieron ser quién eres ahora en tu relación formandote una especie de armadura que tu chico terminó colocando el aceite para tu tan desgastada y difícil de romper armadura.

-¿Cómo sabe leer tan bien a las personas?

-Años de leer a mi esposo y clientes -bromeó riendo

-¡Aquí estas! -la voz emocionada de Fred me hizo voltear siendo recibida por un beso pequeño- sabía que había escuchado tu voz. Perdón que no te encontré antes, me distraje escuchando unos discos -levantó los discos sonriente

𝐂𝐚𝐝𝐞𝐧𝐚 𝐝𝐞 𝐟𝐚𝐯𝐨𝐫𝐞𝐬 • 5ta RD Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora