ᴍɪꜱɪÓɴ ᴄᴜᴍᴘʟɪᴅᴀ

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La isla entera empezó a ceder por las olas de poder, cada enfrentamiento dejaba daños a su alrededor. Cada ataque destruyó varios cientos de metros, el terreno no duraría mucho tiempo a flote si aquello seguía así.

Aquellos daños se sentían especialmente en los túneles subterráneos, derrumbados por los choques, obstruyendo el camino y acabando con el oxígeno del lugar.

Marco y Sabo empezaban a desesperarse cada vez más, el derrumbe de tierra tapaba los túneles, volviendo difícil andar por aquel lugar, mucho más en su condición.

— Mierda. Si esto sigue así no lo lograremos-yoi.

— ¡No seas tan pesimista!

— Solo digo la verdad... —Empezó a cojear un poco al patear por accidente alguna piedra, las heridas le estaban pasando factura, además de la falta de aire que empezaba a sentir. Si alguien le decía que aquel sería su último día de vida, definitivamente le creía.

No tenía objeciones ante tal idea, su vida fue feliz pese a todo, no sería algo malo ir a visitar a su padre...

Aunque no podía decir lo mismo de Sabo, él aún era demasiado joven para morir. Así que tiró de sus cadenas, haciendo tropezar al rubio.

— ¡¿Qué crees que estás haciendo?!

—Dejame, iré por mi cuenta-yoi. Debes detener lo que sea que esté tramando Teach.

— ¡Ya te lo dije antes, no te dejaré!

—¡Escuchame, Sabo-yoi! ¡No podrás escapar si sigues conmigo a cuestas! ¡Debes irte de aquí y contarle a Mugiwara los planes de Teach para derrotarlo!

Revolucionario y ex-pirata se miraron. Sabo sentía perfectamente como el Haki de Marco se iba debilitando más y más. Las sacudidas no dejaban de estorbar su camino hacia la salida y las heridas necesitaban tratamiento urgentemente, o al menos remover aquellas esposas tan odiosas.

Pero no podía romper la piedra marina. No podía cargar con Marco encadenado y malherido, pues solo lo debilitaba a él mismo.

¡Pero él no había ido hacia Hachinosu para irse con las manos vacías!

Tampoco es que tuviera muchas posibilidades en aquellos túneles que no conocía y cada vez se hacían más y más estrechos.

— Mierda, Marco. No me hagas elegir.

— Los dos sabemos perfectamente que no puedes morir en este lugar, así que lárgate de una vez por todas-yoi.

Tosió un poco al decir aquellas palabras, tumbándose en la pared, sus fuerzas en ese punto eran nulas.

Sabo negó con la cabeza, agarrando a Marco, lo sacaría de aquel lugar aunque lo tuviera que arrastrar.

Un temblor sacudió el lugar, luego varias figuras descendieron por una grieta.

Ambos rubios estaban realmente sorprendidos por lo que vieron.

— ¿Dragon-san? ... ¿Yo? ...




Teach había logrado colocar una distancia entre Mugiwara y él, cosa que aprovecho para presionar el  botón que traía consigo. El botón de detonación de las esposas de Marco.




Barbablanca tuvo miedo por un momento, sentía el haki de su hijo debilitarse demasiado, más de lo que debería.

Failed Experiment || One Piece StoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora