Capitulo ⭐7

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Era un padre y madre, a la vez por amor de Dios. Y luego estaba la amenaza de Build de que su amigo no se tocaba.

Además, yo tenía treinta y tres años. El número mágico.
La edad que se había fijado como punto y final a sus días de mujeriego y vividor de la vida. Lo quisiera o no, tendría que madurar.

-El problema es que no quiero.

-¿Estás hablando solo?

Levantó la mirada y vio a Nattawin entrando en la cocina con Connor en brazos. Llevaba unos pantalones jean blancos y una camiseta negra sin mangas y botas rosas , Se había recogido el pelo detrás de las orejas y un aro en su oreja plateados reflejaban la luz de la mañana.

-¿Qué? No, no

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-¿Qué? No, no... -sacudió la cabeza y se fijó en la taza de
café que sostenía entre las manos-. Solo estaba pensando.

-Vaya, pues haces mucho ruido al pensar.

-¡Abajo! -gritó Connor.

Mile puso una mueca

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Mile puso una mueca. Era demasiado temprano para la
charla y los gritos.

-¿Quieres un poco de leche, cariño? -le preguntó Nattawin.
Mile a punto estuvo de responder «no, gracias».

-¡Leche! ¡Y galletas! Ma grito Connor dando saltos

-Galletas para desayunar, No Connor!! -dijo Nattawin, riendo.

Mile miró al pequeño. ¿Sería muy cruel taparle la boca con cinta adhesiva?

 ¿Sería muy cruel taparle la boca con cinta adhesiva?

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El vecino Toda Una TentacionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora