"Dame solo una noche".
Divorciado y con un hijo pequeño, Nattawin Baxter no
necesitaba a ningún hombre en su vida. Pero cuando el
multimillonario Mile King se mudó a la casa vecina, Nattawin
acarició la posibilidad de tener una aventura con él...
Mile respiró profundamente. La llamada de Brittany seguía pasándole factura. No había querido ofender a Nattawin; simplemente no quería hablar con Brittany más de lo estrictamente necesario. Pero entonces recordó que a Brittany le había regalado un collar de diamantes...
-Para mí eres mucho más que eso Nattawin.
-¿En serio? ¿Qué es lo que soy?
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Otra vez aquella pregunta para la que seguía sin tener respuesta. Lo único que sabía era que Nattawin lo afectaba de un modo que jamás hubiera creído posible. Y no se sentía nada cómodo al reconocerlo.
-¿Tan difícil es aceptar que para mí era importante hacer esto? -le preguntó en vez de responder.
La confusión se reflejó en sus ojos, pero al menos ya no ardían de furia.
-Sí -respondió en voz baja-. Supongo que sí. ¿Por qué, Mile? ¿Por qué es importante para ti?
Él se pasó una mano por el pelo, miró al pequeño que tenía en brazos y desvió la mirada hacia la madre del niño. Una sensación extraña se propagó por su interior. No eran las llamas de lujuria desatada que llevaban consumiéndolo durante días.
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Era una ola de calor que alcanzaba lo más recóndito de su ser. Y todo por mirarlo a los ojos, simplemente. Pero no podía seguir por ese camino. El riesgo era demasiado grande si bajaba la guardia.
-¿Eso importa? -preguntó para evitar responder.
Decepcionado, Nattawin volvió a mirar alrededor y se frotó vigorosamente los brazos.
-No deberías haberlo hecho.
Tal vez no, pero no se arrepentía.
-Lo hecho, hecho está.
-Y ahora tendré que pagarlo.
-Maldita sea, Nattawin...
-No. Es la única manera. No sé cómo, pero lo pagaré.
