"Dame solo una noche".
Divorciado y con un hijo pequeño, Nattawin Baxter no
necesitaba a ningún hombre en su vida. Pero cuando el
multimillonario Mile King se mudó a la casa vecina, Nattawin
acarició la posibilidad de tener una aventura con él...
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–Ahora es algo real.
Mile no se esperaba aquella reacción. Sabía que iba a enfadarse, pero pensaba que al ver la cocina de sus sueños le haría ilusión y le agradecería los esfuerzos que había hecho por el.
–No tenías derecho a hacerlo, Mile, –lo acusó en voz más baja y débil. Parecía que se le estaba pasando el enfado, pero sus ojos seguían ardiendo de furia.
–Bueno, pues ya está hecho –no sabía por qué era tan importante para él, pero le hacía ilusión que Nattawin tuviera su cocina y se acordara de él cada vez que entrase en ella.... Frunció el ceño al pensarlo.
–¿Por qué no echas un vistazo a tu alrededor?
–Esto... –murmuró Lucas, recogiendo sus cosas de la encimera–. Yo me voy. Vosotros dos arreglad el problema y Decidme quién sale vencedor.
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Nattawin le lanzó una mirada que habría hecho encogerse de temor a cualquiera, pero Lucas estaba acostumbrado a tratar con mujeres furiosas. Y sabía cómo tratar a un Doncel ,Le dedicó una sonrisa y salió de la cocina tan silenciosamente como un fantasma. Maldito cobarde, pensó Mile. ¿Dónde quedaba la lealtad familiar?.
Bueno, pues que se fuera. Él se bastaba para manejar a Nattawin. Llevaba haciéndolo tres semanas. Conocía a la perfección su cuerpo, su mente y sus emociones. Y sabía muy bien que por muy airadas que fueran sus protestas, anhelaba aquella cocina.
–Vamos, Nattawin. Echa un vistazo –lo animó. La luz del atardecer bañaba la cocina con un resplandor dorado.
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