"Dame solo una noche".
Divorciado y con un hijo pequeño, Nattawin Baxter no
necesitaba a ningún hombre en su vida. Pero cuando el
multimillonario Mile King se mudó a la casa vecina, Nattawin
acarició la posibilidad de tener una aventura con él...
El sol inundaba su preciosa cocina nueva, pero para Nattawin era como estar sumido en un pozo oscuro. La llamada de Mile lo había pillado desprevenido. No estaba preparado para oír su voz, y no pudo sofocar la dolorosa punzada que la traspasó como la afilada hoja de un cuchillo. Llevaba días intentando superarlo. Se había volcado en su trabajo y en su hijo, y casi se había convencido de que su vida volvía a ser normal.
Hasta que él tuvo que llamarla por teléfono...
-¿Milo viene ma?
Tuvo que hacer un gran esfuerzo por no desmoronarse. no por ella, al menos por su hijo.
-No, cariño. Milo no va a venir hoy.
-¿Manana mapi, mañana viene milo?
Nicole lo subió en brazos y se lo apretó contra el pecho.
-Ya veremos connor...
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La vida en un palacio tenía sus ventajas. Pero la soledad no era una de ellas.
Mile nunca había visto a tanta gente junta. Para él era mejor así, pero no podía imaginarse cómo se las arreglaba Garrett para soportarlo día tras día. Eran docenas y docenas los sirvientes que caminaban por el palacio. Doncellas, cocineros, jardineros, lacayos... Incluso lacayos, por el amor de Dios. Como en la Edad media, Ir a Cadria a ver a su hermano gemelo había sido una decisión repentina. Aquella era una de las ventajas de pertenecer a la familia King.
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Solo tenía que hacer una llamada y al minuto siguiente tenía a su disposición un jet privado, sin necesidad de aguantar las colas y los controles de seguridad en el aeropuerto.
Apoyado en la valla pintada de blanco, contemplaba el hermoso paisaje que se le ofrecía a la vista. El sol brillaba con fuerza en un cielo tan radiante y azul que hacía daño a los ojos. Los viejos árboles se erguían como silenciosos centinelas en el perímetro de la valla, y una agradable brisa le agitaba los cabellos. Los jardines de palacio eran tan bonitos como una pintura
