Capitulo ⭐12

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Al menos estaba cansado, pensó Mile mientras se metía
en el jacuzzi. Se había dejado la piel en la cocina de Nicole, ayudando a Steve y Arturo y buscando la manera de llenar su Tiempo. De joven había trabajado en algunas obras y conocía el oficio. Y necesitaba una excusa para salir de casa y alejarse de Nattawin, cuya cercana presencia lo estaba volviendo loco.

Estaba tan cansado que confiaba en poder dormir del tirón aquella noche. Y, con un poco de suerte, no soñaría con el y no Se despertaría con una dolorosa excitación.
La brisa marina agitaba las ramas del olmo sobre su cabeza. Contempló las estrellas que aparecían entre las hojas e intentó relajarse.

El barrio de Long Beach estaba en calma. Un perro ladraba En la calle y de alguna casa lejana llegaba una música suave, botes moviendose Todo era casi perfecto.

Pero él no conseguía relajarse

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Pero él no conseguía relajarse. Desde que comenzara sus vacaciones había estado tenso e inquieto, y empezaba a odiar Aquel jacuzzi en el que pasaba las horas muertas.

-Me pregunto qué tendrán de bueno las vacaciones -
murmuró-. ¿Y por qué trabajar tiene que ser algo malo?.

No había nadie para responderle, y de todos modos él sabía muy bien que el trabajo era mucho mejor que el ocio. El trabajo le mantenía la cabeza ocupada, incrementaba su fortuna y le hacía aprovechar el tiempo.

Todo era culpa suya. Había sido él quien decidió tomarse unas vacaciones y replantearse su estilo de vida, su adicción al trabajo y su alergia al compromiso. En esos momentos no había nada que deseara más que estar en su oficina. O en cualquier lugar lejos de aquella casa en la que se habían instalado Nattawin y Connor...

Se removió incómodamente en el banco. Entre el agua
caliente que burbujeaba a su alrededor y la sangre que le hervía en las venas estaba a punto de explotar. Todo porque había querido cambiar su vida y madurar.

-Tendrás que aguantar dos semanas. O mandar al infierno las vacaciones y volver al trabajo.
No, de ningún modo. Su hermano siempre le estaría en cara la apuesta perdida.

-Siempre tengo que hacerlo todo de la manera difícil...

-¿Otra vez hablando solo?

Se incorporó tan bruscamente que derramó el agua por el borde del jacuzzi. Nattawin había salido de la casa y se dirigía hacia él. Y mile se lamentó inmediatamente de haberlo visto...

Sabía que tenía un cuerpo escultural, pero no estaba
preparado para verlo con un short tan minúsculo que dejaba a la vista su piel lisa y brillante a la luz de la luna. Sus pechos de doncel eran perfectos, cubiertos por una camisilla licra verde. El vientre plano, las caderas redondeadas, una cintura y unos muslos.. uffff !!!!

Aquello no pintaba nada bien

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Aquello no pintaba nada bien.

-Vaya -dijo Nattawin, sonriéndole-. Nunca me hubiera imaginado que mile King se quedara mudo.

Él se pasó una mano por la cara y meneó la cabeza. Ninguna mujer y menos un Doncel lo había dejado nunca sin palabras y no iba a dejar que Nattawin fuese el primero. Pero ¿cómo pensar en otra cosa que no
fuera aquel cuerpo espectacular?

-Lo siento, no te había oído salir -frunció el ceño-. ¿Dónde está Connor?

-En la cama -respondió Nattawin, y le mostró la botella de vino y las dos copas que llevaba.
«Cuidado con lo que haces, Mile», se advirtió a sí mismo
mientras el subía los escalones y se deslizaba lentamente en el jacuzzi que quedaba a la esquina de la piscina. Se sentó en el banco, junto a él, y a mile le pareció que
la temperatura del agua subía un millón de grados.

-Mmm... qué delicia -dijo Nattawin con un gemido de placer.

La situación se hacía más peligrosa por momentos.

-¿Qué estás haciendo? -le preguntó Mile. No era ningún idiota: Nattawin llevaba días ignorándolo, y si de repente iba a verlo casi desnudo y con una botella de vino era porque tramaba algo.

Nattawin giró la cabeza y le sonrió

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Nattawin giró la cabeza y le sonrió.

-Se me ocurrió comprobar por mí mismo por qué pasas
tanto tiempo en este jacuzzi -volvió a suspirar cuando uno de los chorros le acarició la espalda-. Y creo que lo he descubierto -se arqueó de manera que sus pequeños pechos de doncel se elevaron sobre la
superficie de burbujas.

-Genial -murmuró él, ahogando un gemido-. Encantado de poder ayudar. Y ahora...

-He traído vino -asintió hacia la botella abierta que le había Tendido a mile.

-Ya lo veo, pero...

-También he traído el monitor de bebés -señaló el aparato -Así oiré a Connor si me necesita... ¿Qué tal si sirves el vino y nos divertimos un rato?

A mile le vendría bien un trago. Pero por otro lado, beber vino con un hermoso Doncel en un jacuzzi solo podía conducir a una cosa...

Sonrió para sí mismo. No podía resistir la tentación que se le ofrecía ante sus ojos.

-¿Y bien? -Nattawin agitó las copas vacías-. ¿Vas a servir o prefieres que lo haga yo?

Debería aprovechar la oportunidad, pero en vez de eso
sirvió el vino. No iba a hacer nada hasta saber las verdaderas intenciones de Nattawin. Todo aquello bien podría ser una trampa...

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El vecino Toda Una TentacionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora