"Dame solo una noche".
Divorciado y con un hijo pequeño, Nattawin Baxter no
necesitaba a ningún hombre en su vida. Pero cuando el
multimillonario Mile King se mudó a la casa vecina, Nattawin
acarició la posibilidad de tener una aventura con él...
Debería haber sido él quien diera el primer paso, y tal vez lo habría hecho de no haber estado tan ofuscado por el. Sin contar que era un padre y madre soltero y que la pareja de su primo lo mataría si le hacía daño a Nattawin. Aunque... ¿qué era una amenaza de muerte comparada con un chico espectacular en un diminuto pantalonsito?
-Sin lazos -susurró Nattawin.
-Sin promesas -añadió él.
-Solo una aventura-- susurro Nattawin.
-Nada más.
-He traído preservativos -sacó unos cuantos paquetitos de un bolsillo en el costado del pantalón sito diminuto
-Bien pensado -murmuró mile, antes de tomar posesión de la boca con la que llevaba días fantaseando. El primer roce de sus labios le provocó una descarga eléctrica por las venas, prendiendo hasta la última célula de su cuerpo.
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Le separó los labios con la lengua y nattawin lo recibió con ansia. Sus lenguas se entrelazaron, mile se lo subió al regazo y el le rodeó el cuello con los brazos y le deslizó las manos por la piel mojada de su espalda.
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Sus caricias eran frenéticas, como si no pudiera tocarlo lo suficiente, y él sentía el mismo anhelo insaciable. Lo apretó con fuerza, ávido por explorar cada palmo de sus deliciosas curvas. Llevó una mano hasta su pecho derecho y le acarició el endurecido pezón con el pulgar. Nattawin se arqueó hacia atrás con un fuerte estremecimiento.
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