CAPÍTULO 3

178 23 11
                                    


Aracely

-Gracias por traerme -me toma la mano impidiendo que abre la puerta- David mis hijos seguramente me están esperando para almorzar juntos.

-No quiero que el ambiente sea siempre así de pesado entre nosotros.

-Para mi todo está bien, no hay ninguna incomodidad.

Sonríe.

-Ara por favor deja el sarcasmo, y háblame con la verdad. Por favor.

Suelto mi mano de su agarre y me giro haciendo que mi cara se queda a una distancia muy peligrosa de la suya.

-La única verdad que había entre nosotros lo arruinaste hace muchos años ya.

-Sabés porque actúe así, ¿Cuántas veces debo pedirte perdón?

-No necesito que me pidas perdón David, por mi las cosas pueden quedarse así.

-Pues yo no quiero que sigan así.

-¿Entonces que hago? Porque no puedo cambiar tu mente.

-Quiero una tregua entre nosotros por favor. Necesito a mi Ara de antes.

-Tenía que pensarlo antes de elegir a Lina en el pasado.

-Nunca la elegí a ella -se atreva a tocarme la cara- siempre ha sido tú, siempre fuiste tú, Aracely Arambula.

Me lleva a sus labios y todos los sentimientos guardados de años me golpea fuerte, permitiéndome aceptar que lo siento por él me hace fallar a mi promesa.

Lo beso con el corazón en la mano.

Lo amo, lo amo, lo amo. ¡Ay dios mío!

-Explicarte el porque de mi decisión hace años no cambiaría el tiempo que hemos perdido, pero créeme que tú siempre has estado en mi mente, en mi corazón -sujeta mi cara entre sus manos.

-Igual, porque yo a ti te he borrado del mío hace años y no quiero que me vuelvas a besar.

Bajo su mano y salgo del coche caminando sin mirar atrás.

Porque si lo hago soy capaz de dejar todo atrás y perderme entre sus brazos para siempre.

Sería maravilloso, pero no quiero volver a caer en la depresión, no quiero volver a sentir está ansiedad que sentía en las noches sin él a mí lado.

Ya me acostumbré a mi cama vacía de su presencia. Mis hijos aunque fue difícil, se acostumbron a que Deivid ya no va estar en la casa los fines de semana para jugar fútbol con ellos.

Fue muy difícil acostumbrarse a su ausencia y por mucho que lo extraño no voy a arriesgar la estabilidad que tiene ahora mi familia para tenerlo otro vez.

-¡Mamá! ! Mamá!

Es cuando mi hijo mayor me sacude de los hombros que reaccionó.

-¿En que pensabas tanto?

En tu casi ex padrastro.

-Eh... Nada mi amor -dejo un beso sobre su mejilla- ¿Regresaron hace mucho?

-No, pero el tío Leo ha tenido que volver al hospital por una emergencia.

-Vale, ¿Y tu hermano?

-En su cuarto, dice que tiene tareas.

-¿Desde cuando acá Daniel hace sus tareas sin ser presionado o sin una promesa de compras de juego?

Mi hijo se ríe.

-Lo mismo me ha pasado por la cabeza. Pero sabes cómo es, seguro que se le cruzaron los cables hoy.

-Sí, seguro.

Después De Cinco Años [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora