\CAP.18/

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Jeon Jungkook se preparaba mental y moralmente para enfrentar lo que se avecinaba: crear un juego de seducción con un único fin, tener a Byeol en sus manos y ganarse su confianza ciegamente. Aunque en el fondo sentía nerviosismo por cómo comenzar, sabía que debía proceder con cuidado. Primero, provocarla sutilmente; segundo, hacer acercamientos delicados; tercero, llevarla al punto de desear buscarlo, momento en el que él sabría que había triunfado.

¿Era complicado? Sí, pero no imposible. Aunque Jungkook no era experimentado en tales juegos, sabía que podría hacerlo si no fuera Byeol. Sin embargo, enfrentarse a ella requeriría coraje. Quitando las máscaras y siendo sincero, admitía que Byeol era atractiva, con un cuerpo deseable por el que cualquier hombre estaría dispuesto a hacer mucho. A pesar del odio y resentimiento que sentía hacia ella, Jungkook no podía negar un cierto deseo. Era una contradicción interna entre la atracción física y las emociones negativas que albergaba hacia ella.

El ambiente en la oficina adquiría una dinámica peculiar, ya que ahora no eran simplemente asistente y jefa. Aunque mantenían la profesionalidad en todo momento, se percibía una complicidad creciente entre ellos. Jungkook, consciente de su nueva posición como más que solo un empleado, encontró ocasiones para pasar más tiempo del necesario con ella. Siempre mostraba atención excesiva, amabilidad constante, y poco a poco comenzó a mostrar un cariño más sutil pero perceptible.

Por su parte, Byeol correspondía de manera natural y a veces incluso entusiasta. Se sentía halagada y feliz por la forma en que Jungkook la trataba ahora, especialmente al considerarlo no solo su asistente, sino también su novio. La idea de tenerlo más cerca, tanto en el ámbito laboral como personal, le causaba un sentimiento cálido y confortante. En reuniones y conversaciones, no podía evitar que una sonrisa despreocupada se asomara en su rostro cuando pensaba en la nueva dinámica que compartían.

En la oficina, se podían escuchar ocasionalmente risas que llenaban el espacio cuando Byeol mostraba su lado divertido con Jungkook. Era un aspecto de su personalidad que reservaba solo para las personas en las que confiaba y apreciaba, y esto se convertía en un punto a favor para Jungkook. Aunque él solía pensar que debía mantener un control estricto sobre su comportamiento en presencia de Byeol, a veces se encontraba relajándose más de lo esperado.

El sentido del humor de Byeol era auténtico y contagioso. Sus chistes y ocurrencias no solo sacaban sonrisas sino que también lograban que Jungkook se olvidara temporalmente de su posición y el reto que tenia que cumplir. En esos momentos, era fácil para él dejarse llevar y compartir risas genuinas con ella, sintiéndose como si estuvieran conectando de una manera más personal.

Sin embargo, al final de cada interacción, Jungkook inevitablemente recapacitaba. Recordaba que, más allá de la interacción momentánea, ella seguía siendo su mayor enemiga y que la relación que compartían estaba definida por los límites de la venganza. A veces se sentía un poco tonto por haberse relajado tanto, sabiendo que debía tener en claro su papel y sus objetivos con ella.

De vez en cuando, Byeol sorprendía a Jungkook con gratas sorpresas, como llevarlo a comer a lugares que sabía que disfrutaría o darle pequeños detalles significativos. Para ella, hacer sentir especial a su pareja era algo que disfrutaba profundamente. No tenía reparos en ser detallista; al contrario, consideraba que esos gestos fortalecían los lazos afectivos.

Era parte de su naturaleza ser generosa y considerada con las personas cercanas. No solo con Jungkook, sino también con amigos, familiares y aquellos a quienes valoraba, Byeol siempre encontraba maneras de expresar su aprecio y cariño a través de gestos atentos y llenos de significado. Esto reflejaba su deseo genuino de hacer sentir a los demás amados y valorados en su vida.

CONSEQUENCES - JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora