\CAP.39/

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La cirugía había terminado y culminado con éxito. La vida de Byeol había sido salvada, y los médicos anunciaron la noticia a sus familiares, quienes se sintieron aliviados al saber que todo el peligro había pasado y que Byeol estaba en recuperación.

Aunque no podían pasar a verla, podían observarla a través de una pared de cristal. Su rostro aún estaba pálido, sus labios entreabiertos y algo secos. Estaba inmóvil, aún sedada.

- Al fin estás a salvo, hija - dijo su madre, viéndola con lágrimas en los ojos a través del cristal.

- Recupérate pronto, mi estrella - añadió su abuelo, poniendo una mano sobre el cristal con cariño.

- Por cierto, ¿dónde está Bitna? - preguntó su padre, mirando alrededor.

- Fue a la cafetería por algo para el abuelo, pero no ha vuelto - respondió su madre, preocupada.

- Iré a buscarla - dijo Ji Hye, y junto con Jin, salieron a buscarla para informarle sobre su hermana.

En el camino, decidieron separarse para cubrir más terreno. Ji Hye se topó con Jungkook, quien estaba sentado en el suelo con las manos en la cabeza, evidentemente afectado por todo lo que le había revelado Bitna.

- ¡Jungkook! - lo llamó Ji Hye, acercándose a él. Jungkook levantó la cabeza para mirarla, sus ojos llenos de confusión y dolor.

- ¿Qué pasó, Ji Hye? - preguntó con un nudo en la garganta.

- Byeol ya está fuera de peligro. La cirugía fue un éxito y ahora está descansando - le informó, haciendo que el corazón de Jungkook sintiera un gran alivio al escuchar la noticia-. Ven, vamos a verla - ambos caminaron rápidamente hasta donde Byeol se encontraba recuperándose.

- Aún no nos permiten entrar a verla, pero podemos observarla a través de la ventana - le explicó Ji Hye a Jungkook.

Cuando llegaron, Jungkook hizo una reverencia a los familiares de Byeol antes de volverse hacia la ventana de cristal. Verla allí, postrada en esa cama, rodeada de monitores, canalizada y con una mascarilla para respirar, le partió el corazón. La confesión de Bitna le había hecho darse cuenta de que su error había sido muy grande. Había contribuido a que ella estuviera en esa situación, y la culpa lo atacó de forma implacable. Aunque ahora las cosas eran claras y todo había sido una confusión, eso no remediaba el daño que había causado.

Una lágrima silenciosa rodó por su mejilla.

- Muchacho, te estaremos eternamente agradecidos por salvarle la vida a mi estrella - le habló el abuelo de Byeol, poniéndole una mano en el hombro. Jungkook le había salvado la vida, pero también había contribuido a que ella se encontrara en esa situación, y eso jamás se lo perdonaría.

- Tú eres el asistente de mi hija, ¿no es así? - intervino el padre de Byeol, tratando de comprender la situación.

- Sí, señor - respondió Jungkook, mirando al suelo con culpa.

- Cuando ella despierte, estará muy agradecida contigo. Ella te apreciaba mucho - añadió el padre de Byeol, lo que hizo sentir aún peor a Jungkook, quien solo quería desaparecer.

- Si me lo permiten, debo retirarme. Con permiso - dijo Jungkook con voz temblorosa, haciendo una reverencia antes de salir rápidamente, sin darles tiempo a responder. Los dejó confusos, pero entendieron que necesitaba espacio.

Jungkook salió del hospital a pasos apresurados, tratando de escapar de la marea de emociones que lo inundaba.

...


Adentro, con Byeol, algo sucedía. En cuanto Jungkook se alejó del lugar, segundos después, uno de los monitores comenzó a emitir un sonido agudo y alarmante que alertó a sus familiares. Rápidamente, llamaron al doctor.

Una enfermera entró y revisó la situación con rapidez, luego alertó al equipo médico que ingresó de nuevo a la habitación con urgencia. Byeol había sufrido nuevamente un paro cardíaco. Los doctores trabajaron frenéticamente para estabilizarla, pero de repente el cuerpo de Byeol dejó de responder. Ella había entrado en un estado de coma.

La noticia fue un golpe devastador para su familia, que momentos antes había experimentado un alivio inmenso al saber que Byeol había sido salvada. Ahora, todo se había desmoronado nuevamente, dejando a todos sumidos en una desesperación profunda. Las lágrimas y el miedo se apoderaron de ellos mientras observaban impotentes a través del cristal, con la esperanza de que Byeol pudiera superar esta nueva y terrible crisis.


...

Los días siguientes fueron cruciales, llenos de una espera tensa y desesperada. La familia de Byeol aguardaba con la esperanza de alguna señal, cualquier reacción que indicara que ella estaba regresando. Pero nada. Byeol no se movía, no abría los ojos. Sus padres, desesperados, contrataron a los mejores médicos disponibles, pero no podían hacer mucho más que esperar. 

Los doctores les explicaron que la recuperación dependía únicamente de Byeol y que no podían predecir cuándo sucedería, si sería en unas semanas, meses o incluso años.

Jungkook, mientras tanto, se enteró de que Byeol había caído en coma y que no mostraba señales de despertar. Mantenía contacto con Jin, quien le informaba sobre el estado de Byeol, pero Jungkook no se atrevía a regresar al hospital. Se sentía indigno de verla, de estar a su lado. 

Esta autoimpuesta distancia era su forma de castigarse por los errores del pasado.

Esta actitud molestaba profundamente a Jin, quien no entendía el comportamiento de Jungkook. Ignoraba la verdad detrás de su culpa y sufrimiento, por lo que llegó a pensar que Jungkook simplemente ya no amaba a Byeol y que era un cobarde por dejarla sola en estos momentos tan críticos. Jin no podía comprender cómo alguien que supuestamente amaba tanto a Byeol podía abandonarla cuando más lo necesitaba.


En cuanto a la condena que Byeol debía cumplir en prisión, sus padres, junto con el abogado Park, tomaron medidas decisivas para asegurarse de que ella no tuviera que regresar a ese lugar oscuro y peligroso. Decidieron pagar la fianza y las indemnizaciones correspondientes, una suma considerable que no dudaron en desembolsar. Su abuelo, con una determinación férrea, no iba a permitir que su nieta, si lograba despertar, tuviera que enfrentarse nuevamente al horror de la cárcel donde casi pierde la vida.

—No importa si Byeol se molesta o se pone terca al respecto. Ya está decidido —dijo su abuelo, con una resolución inquebrantable en su voz. Para él, la seguridad y el bienestar de Byeol estaban por encima de cualquier otro factor, incluso de sus propios deseos o del orgullo de su nieta.

Mientras tanto, Byeol seguía en coma, y la incertidumbre sobre su recuperación pesaba sobre todos. Los mejores médicos fueron contratados para cuidar de ella, monitoreando su estado día y noche. Sin embargo, todos coincidían en que, más allá de mantenerla estable, no había mucho que pudieran hacer. Solo quedaba esperar que ella decidiera despertar por sí misma, y parecía que hasta en eso se estaba negando, ella no quería vivir, no quería despertar y seguir enfrentando tanto dolor.



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CONSEQUENCES - JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora