\CAP. 56 FINAL/

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El viento salado en la playa golpeaba sus rostros mientras caminaban por la orilla, con el sonido de las olas rompiendo suavemente a sus pies. Ambos caminaban tomados de la mano, sus dedos entrelazados como si no quisieran separarse nunca. Una sensación de felicidad y paz los envolvía, disfrutando de la simple compañía del otro.

Volver a Busan, su tierra natal, había sido lo más tranquilizante que pudieran experimentar. La familiaridad del lugar, los recuerdos de la infancia y la juventud, todo parecía más vívido bajo el cálido sol de la tarde. Aunque algunos recuerdos eran negativos, ahora había llegado el momento de sanar y dejar ir el pasado. A pesar de todas las confusiones y malentendidos, ese mismo pasado oscuro había llevado a Jungkook a un futuro que nunca pensó que existiría, y mucho menos junto a la persona que ahora era más importante para él, a quien más amaba.

Para Jungkook, Byeol se había convertido en su ancla y su refugio. Cada día que pasaba con ella era una bendición, un recordatorio de que el amor verdadero podía superar cualquier obstáculo. Sus miedos e inseguridades se desvanecían cuando estaba con ella, y encontraba la paz que tanto había buscado. El amor que compartían era una fuerza poderosa que les daba la valentía de enfrentarse a cualquier desafío.

Por su parte, Byeol también sanaba las heridas que le habían causado, manteniéndose positiva ante todo. Las consecuencias de las acciones de algunas personas habían arremetido contra ella sin previo aviso, pero había encontrado la fuerza para seguir adelante. Aceptaba lo sucedido, comprendiendo que los malentendidos y dificultades la habían llevado a conocer a quien más amaba hoy.

Ambos dejaron todo en aquel viento salado del océano de Busan, permitiendo que se llevara todo lo malo. Agradecieron por todo lo que son ahora y lo que serán en el futuro. Quizás haya más obstáculos por delante, pero sabían que si uno decide bien y actúa correctamente, las consecuencias nunca serán completamente malas. También habrá consecuencias buenas, positivas, porque todo depende de cómo uno actúe. Todo se devuelve, pues las consecuencias del pasado son el eco que resuena en el presente.

Caminando por la orilla, sintieron cómo el viento les despejaba la mente, llevando con él las preocupaciones y los miedos. Cada paso que daban era un símbolo de su determinación para enfrentar cualquier desafío que el futuro les presentara. El océano, con su vastedad y su poder, les recordaba que la vida era un constante flujo de eventos y que, a pesar de todo, siempre había esperanza.

La pareja sabía que no estaban solos en su viaje. Tenían el uno al otro y, con esa fuerza, podían enfrentar cualquier cosa. El pasado había sido duro, lleno de malentendidos y dolor, pero también había sido una lección valiosa. Habían aprendido que las decisiones y acciones de hoy moldean el mañana, y que cada elección lleva consigo una repercusión.

—A veces me pregunto cómo sería nuestra vida si no hubiéramos pasado por todo eso —dijo Byeol con un tono pensativo.

—Creo que no seríamos quienes somos ahora. Todo, lo bueno y lo malo, nos ha formado y nos ha unido más —respondió Jungkook con una sonrisa tranquila—. Además, jamás te habría conocido, no estaríamos juntos —añadió, mirándola con ternura y admiración.

Byeol se detuvo un momento para observar su rostro, notando cada detalle, desde la suavidad de sus ojos hasta la curva de sus labios.

—No podría imaginarme un futuro sin ti a mi lado —dijo ella, acariciando suavemente su rostro con sus dedos, disfrutando de la calidez de su piel bajo sus yemas.

Jungkook tomó su mano y la llevó a sus labios, depositando un beso suave en su palma.

—Te amo, mi estrella —dijo él con cariño, una sonrisa iluminando su rostro mientras sus ojos brillaban con emoción.

—Yo también te amo, mi Kookie —rio ella, una risa dulce y melodiosa que hizo que él también riera, su alegría contagiándose mutuamente.

Se quedaron así, mirándose el uno al otro, envueltos en una burbuja de amor y felicidad. El viento seguía soplando a su alrededor, pero en ese momento, solo existían ellos dos. Cada risa, cada susurro, era un testimonio de la conexión profunda que compartían.

El eco de sus promesas resonaría en cada amanecer y en cada atardecer, recordándoles siempre que el amor, la confianza y sus acciones eran las claves para superar cualquier obstáculo. Y así, con la brisa del mar como testigo, Byeol y Jungkook comenzaron un nuevo capítulo en su historia, uno lleno de esperanza, amor y felicidad compartida.


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CONSEQUENCES - JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora