\CAP.9/

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Jeon Jungkook


El comportamiento que mostraba Byeol me era demasiado extraño. Ella jamás se habría tomado la molestia de traerme hasta la enfermería por una simple quemadura. Al contrario, me habría tirado la jarra de café encima con una sonrisa maliciosa. Esta amabilidad repentina me hacía sentir aún más inquieto; verla tan preocupada me ponía en alerta. En cualquier momento podría sacar su verdadera cara y no podía permitirme bajar la guardia.

Mientras caminábamos hacia su oficina, miré mi mano vendada. El dolor de la quemadura era una molestia menor en comparación con la confusión y la desconfianza que me invadían.

—Recuerda cambiarte el vendaje mañana, y cuida bien la quemadura para que sane rápido —la escuché decirme con un tono de preocupación que me resultaba insoportablemente falso. Prefería que dejara de lado esa amabilidad fingida y volviera a ser la persona que realmente era, porque al menos con eso sabía a qué atenerme.-

—Por lo menos respóndeme, Jungkook— me ordenó Byeol, lo que me hizo rodar los ojos. ¿Y por qué no entiendes que no quiero cruzar palabra contigo? ¡Pensé! Cuando estaba a punto de responderle con un monosílabo, me vi interrumpido por la voz de alguien más, exactamente de un hombre que no conocía y que estaba dentro de la oficina. Noté cómo Byeol, al verlo, corrió a 

sus brazos. Genial, era mi oportunidad para alejarme de ella y regresar a mi oficina.

—¡Byeolbie!— escuché al hombre exclamar con entusiasmo mientras la abrazaba. ¿Byeolbie? ¿Qué clase de apodo era ese? Fruncí el ceño mientras observaba a ese hombre de traje elegante que la sostenía con tanta familiaridad.

—¡Jinie!— respondió ella con una melosidad que me causaba náuseas. Qué tonta se veía, pensé, mientras aprovechaba la distracción para darme la vuelta y dirigirme discretamente hacia mi oficina, no me apetecía en absoluto quedarme a presenciar la escena de afecto entre ellos.

Mientras caminaba por mi oficina, miré la venda en mi mano, recordando la quemadura que había sufrido. No necesitaba su compasión, y menos sus órdenes. Estaba decidido a mantenerme distante, a no dejarme envolver en su juego de manipulación y falsas apariencias.

El encuentro con ese hombre solo subrayaba lo poco que realmente sabía sobre la vida personal de Byeol. ¿Quién era ese "Jinie"? ¿Otro peón en su tablero de ajedrez, o alguien con un significado más profundo en su vida? Me daba igual. Lo único que me importaba era mantener mi dignidad intacta y no dejar que ella me manipulara más.

Mi celular vibró con insistencia, señal de un mensaje entrante. Al tomarlo, vi que era del director Moon.

Jeon, quiero verte en mi oficina en cuanto termines tu trabajo ― fue todo lo que decía.

Así será, señor ― respondí con seriedad, anticipando lo que podía venir. Hoy se revelaría el plan que tanto había anticipado, aunque un presentimiento me advertía que no sería agradable. Cada minuto se volvía una tortura, frustración que se acumulaba mientras cerraba los ojos, buscando calma, solo para ser interrumpido por la risa clara y jovial de Byeol.

¿De qué se reía tan despreocupadamente? Parecía estar disfrutando de su visita, lo cual me irritaba más de lo que me gustaría admitir. Pero algo en esa risa era diferente. No resonaba con la misma malicia que recordaba, la que solía helarme la sangre desde cualquier distancia, o cuando se burlaba cruelmente de mí. Algo había cambiado en ella desde aquellos tiempos, aunque aún así, no podía evitar sentir un cosquilleo incómodo cada vez que la escuchaba. Su risa parecía evocar recuerdos que preferiría dejar atrás.

CONSEQUENCES - JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora