\CAP.42/

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Moon Byeol


Los doctores me revisaban y me hacían preguntas que solo podía responder con parpadeos. Mi capacidad para formular palabras aún no estaba disponible, y el simple acto de intentar hablar me agotaba excesivamente. Me limitaba a buscar con la mirada a Jungkook, que estaba al otro lado de la ventana de cristal que nos separaba. Verlo allí, con su presencia constante, me reconfortaba más de lo que las palabras podrían expresar. Me llenaba de alegría y alivio saber que él no me había abandonado, como temía aquel día en la prisión. Sabía, en el fondo de mi corazón, que todo lo que me había dicho en aquel entonces era mentira. A través de sus ojos, podía percibir el amor que aún sentía por mí, un amor que nunca se había desvanecido.

Cuando los doctores finalmente salieron, Jungkook volvió a entrar. Se acercó a mí con una débil sonrisa que anhelaba corresponder, aunque no podía. Solo podía transmitir mi deseo de abrazarlo, de no separarme de él, y de decirle que lo amaba y que no guardaba resentimiento.

—Al fin... al fin despertaste —me dijo, inclinándose para darme un beso en la frente—. Gracias por hacerlo, de verdad te lo agradezco.

Y en mi mente, aunque mis labios no podían formar palabras, pensaba en cuánto le agradecía a él por estar a mi lado, por ser la primera cara que vi después de tanto tiempo. Desearía poder decírselo en voz alta, pero solo podía emitir leves quejidos.

—No, no te esfuerces, cariño. No quiero que te hagas daño —me dijo, y al escuchar el término "cariño", una lágrima solitaria rodó por mi mejilla. Su preocupación y ternura solo acentuaban lo mucho que significaba para mí, y cada palabra suya era un bálsamo para mi alma adolorida.


Él permaneció a mi lado, silencioso y atento, hasta que finalmente llegaron mis padres, mi abuelo y Bitna. Su llegada me sorprendió, pero también me llenó de una inmensa alegría verlos después de tanto tiempo. Cada uno de ellos era una parte importante de mi vida, y su presencia era reconfortante.

—¡Mi estrella! ¡Lo sabía, sabía que despertarías! —exclamó mi abuelo, con la voz quebrada por la emoción. Se inclinó y me dio un beso en la frente, sus lágrimas se mezclaban con las mías. Verlo así, tan vulnerable y aliviado, hizo que un torrente de lágrimas fluyera por mis mejillas. Su amor y preocupación eran evidentes, y me conmovió profundamente.

—Mi amor —murmuró mi madre, acercándose por el otro lado de la cama. Su mano acarició mi cabeza con una ternura que me hizo sentir en casa. Sus palabras eran suaves, llenas de consuelo y esperanza. A su lado, mi padre se mantenía firme, pero sus ojos también estaban llenos de lágrimas. Aunque su presencia era un alivio, me causaba un dolor profundo. Después de todo lo que había pasado con la empresa, temía que me odiara por haberlo defraudado. No había esperado verlo aquí, y su reacción me sorprendía y me inquietaba al mismo tiempo.

Bitna estaba allí también, su rostro mostraba una mezcla de alivio y preocupación. No había tenido la oportunidad de estar con ella desde hace mucho, pero su presencia era reconfortante. Sentía que, a pesar de los desafíos y malentendidos, la familia estaba unida en este momento crucial.

El ambiente estaba cargado de emoción y alivio, y aunque no podía hablar, podía sentir el amor y la preocupación de todos los presentes. Me esforzaba por concentrarme en su presencia, en el consuelo de tenerlos cerca después de todo este tiempo, y en la esperanza de que, a pesar de las dificultades, estaríamos juntos para enfrentar lo que viniera.



Jeon Jungkook

Salí un momento de la habitación, con el corazón desbordante de felicidad al ver finalmente a Byeol despierta. Aunque aún no podía hablar, me decía todo con su mirada. Pensé que en sus ojos habría odio y resentimiento hacia mí, pero fue todo lo contrario. No había ni una pizca de negatividad en ella. Su mirada solo decía que me amaba, y eso me aliviaba profundamente. Me preguntaba cómo podía ser tan buena, tan bondadosa después de todo lo que le había hecho. Me apoyé en la pared, absorto en mis pensamientos.

De repente, noté que Bitna salió de la habitación y me miró. Intenté esquivar su mirada; no quería estar cerca de ella.

—Jungkook, ¿podemos hablar? —dijo, acercándose a mi costado.

—Mira, Bitna, no quiero ser grosero, pero en estos momentos...

—Ya sé que ustedes dos tenían una relación... —dijo ella, sorprendiendo me. ¿Quién se lo habría contado?

—¿Y? ¿Tienes algún problema con eso? —le respondí, enfrentándola.

—No, no tengo ningún problema. Es solo que... ahora que mi hermana ha despertado, yo planeaba decirle la verdad —explicó, con un tono de inquietud.

—Te voy a pedir que no lo hagas hasta que ella esté más recuperada. No quiero que le hagas daño —le advertí, con firmeza.

—Jungkook, yo no le haré daño. Es mi hermana —replicó, con una mezcla de tristeza y determinación.

—Me habría gustado que hubieras pensado así hace años, así ella no habría tenido que pasar por todo esto —le respondí, con una nota de amargura en mi voz.

—Lo sé, pero ya te pedí perdón por eso —dijo ella, con un atisbo de desesperación.

—Mira, lo que me hiciste ya no importa. Ahora solo me importa Byeol, que ella esté a salvo y se recupere. Luego, si realmente sientes arrepentimiento, pídele disculpas a ella —le dije, con la voz cargada de determinación.

Volví a casa dejando a Byeol en compañía de su familia, compartiendo ese momento de alivio y felicidad. Quería contarles a mis padres que ella ya había despertado y que, a pesar de las dificultades, estaba bien. Al llegar, los encontré en la sala, y no pude contener la emoción mientras les explicaba lo sucedido. Sus rostros se iluminaron con la noticia, y sentí que un gran peso se levantaba de mis hombros al compartir la buena nueva.

Durante la cena, hablamos sobre Byeol, sobre cómo había sido un año difícil para todos, pero especialmente para ella. Mis padres me escucharon con atención, y pude ver en sus ojos la esperanza y el apoyo que siempre me habían brindado. 

Esperaba con ansias la recuperación de Byeol. Quería estar a su lado, apoyarla en cada paso del proceso. Pero también sabía que debía ser honesto con ella. Ya no podía callar más. Decidí que, una vez que ella estuviera lo suficientemente fuerte, le revelaría todo el plan del director Moon. Cada detalle, cada manipulación, y todo lo que me había llevado participar en ese sucio plan. 


CONSEQUENCES - JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora