Capítulo 28

329 42 8
                                    

Las navidades pasaron en un parpadeo. Intercambié regalos con Maddison, e incluso traté de seducirla sin demasiado éxito en un par de ocasiones. Tenía que aprovechar que Chloe y Oliver pasaban esa época del año fuera de Fairfield, dándonos algo de intimidad. Cada intento mío por llegar a cuarta base había terminado en un enfado por su parte. Su fingida mojigatería me ponía de muy mala leche, puesto que con aquel otro desgraciado no se mostraba tan remilgada.

Ahora estaba en la solitaria biblioteca del instituto junto a Maddison, rodeado de estanterías repletas de libros, testigos imperturbables de nuestra mutua apatía. Por su parte, ella mantenía una expresión imperturbable mientras hojeaba un libro sin ningún interés. Cuantas veces la había visto llorar por culpa de sus padres, quienes le exigían que abandonara su sueño de estudiar arte para seguir una carrera más "práctica". Esa vulnerabilidad escondida tras su fachada de perfección era algo que rara vez mostraba a nadie, pero que a mis ojos la hacía especial —por lo menos antes—, tan insegura como cualquiera de nosotros.

El suave crujido de las páginas al pasar contrastaba con el silencio expectante de la biblioteca. Pude percibir el leve aroma a papel viejo mezclado con el perfume floral que siempre llevaba puesto. La luz anaranjada del atardecer que entraba por las amplias ventanas, le daba un toque casi irreal al ambiente, resaltando su belleza angelical. A pesar del silencio que nos envolvía, podía sentir cierta incomodidad entre nosotros, algo que se había instalado en mi vida definitivamente; por más que yo intentara disimular, no lo conseguía.

Supuse que a eso se refería mi madre durante la discusión que habíamos mantenido después del desayuno. Según me había dicho, me estaba comportando de una manera extraña, siempre andaba de un humor de perros y mi actitud beligerante la preocupaba. Yo había fingido que no tenía ni idea de qué me hablaba, casi dándole a entender que estaba loca, pues era incapaz de manejar mis propias emociones y contradicciones.

—Brad, hijo, no puedes seguir así. —La desazón brillaba en sus ojos tristes y apagados—. Si necesitas lo que sea, contarme algo, cualquier cosa, ¡dímelo! Te conozco, sé que algo te está pasando...

—Estoy bien, mamá, ¡no seas pesada! —le había respondido con incomodidad, sin querer contarle mis problemas. Me sentía la peor persona del mundo y no quería defraudarla. Sin embargo, era incapaz de detenerme.

—Si es un tema de drogas...

—¡Mamá! ¡Desde luego qué no! —exclamé, alucinado por el rumbo que estaba tomando la conversación.

—Sé que con tu padre es diferente, pero siempre has tenido mucha confianza conmigo y ahora te has cerrado en banda. —Mi madre me quitó el vaso y el plato cuando hice el ademán de llevarlos a la pica para fregarlos.

—Son cosas tuyas.

Lo cierto era que estaba hecho un lío, debatiéndome entre la luz y la oscuridad. A veces deseaba no haberme enterado nunca de la verdad; continuar en la inopia era preferible al infierno que estaba padeciendo. La amargura me estaba consumiendo por dentro hasta el punto de que muchos días me despertaba con el cuerpo rígido como una tabla y apretando tanto los dientes que me dolía la mandíbula. Aferrarme a la idea de la venganza era lo único que conseguía relajarme. Si no fuera por ese propósito, me habría vuelto loco o, peor aún, preso de una depresión.

Sin ir más lejos, debido a mi plan, había quedado con Chloe en un rincón apartado del instituto, poco antes de reunirme con mi novia; el saber este último dato, me hacía disfrutar mucho más de ese encuentro clandestino. Tratando de manipularla y calmar sus neuras, me había enrollado con ella; fue algo más mecánico que apasionado, simplemente deseaba mantenerla tranquila. Cada día que pasaba, sentía menos ganas de estar a su lado. Su necesidad constante de atención comenzaba a desgastarme, pero no tenía el valor para cortar de manera definitiva nuestra relación, por miedo a que se fuera de la lengua.

LA CHICA DE LOS VIERNES ·ϿʘϾ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora