La puerta del armario se abrió de golpe, revelando una figura deforme, perfilada por las luces de los móviles que danzaban por el lugar sin orden ni concierto, mezclándose unas con otras en ráfagas tan cegadoras como fugaces.
—¡Sal! —me rugió aquel desconocido con furia, como si estuviera poseído por el mismísimo demonio.
Oliver apenas tuvo tiempo de reaccionar. Un violento derechazo en el rostro lo derribó contra una de las paredes desconchadas del estrecho cubículo. Esto lo dejó medio aturdido. Sin comprender qué estaba sucediendo, pues solo veía siluetas en medio de la penumbra, pretendí escapar de aquel ser infernal, pero él fue más rápido. Me agarró de la mano y tiró de mí, obligándome a seguirlo.
—¡Suéltame! —grité asustada, forcejeando con todas mis fuerzas hasta que conseguí deshacerme de su mano.
El pequeño bolsito que llevaba conmigo salió disparado y, cuando me agaché para recogerlo, llevada por un acto reflejo, alguien en medio del caos me dio un abrupto empujón que me lanzó al suelo. Sentí un dolor punzante en las palmas de mis manos debido a las piedrecillas y otros desechos que había diseminados por el deteriorado pavimento. Alrededor mío todo eran gritos y confusión. Las sirenas de la policía se escuchaban cada vez más cerca. El estruendo de pasos apresurados resonaba por todos lados mientras mis dedos buscaban a tientas el bolso. La gente corría con desesperación, ajena a mi presencia, y cada segundo que pasaba el temor de ser pisoteada se intensificaba en mi pecho. En un momento dado, el cielo se iluminó con un rayo y logré ver mi bolsito a cierta distancia, aunque no me dio tiempo a agarrarlo, pues alguien tropezó conmigo, dándome una contundente patada en las costillas. El dolor fue intenso. Por fortuna, aquella figura terrorífica me alzó entre sus brazos y se dirigió hacia quién sabe dónde conmigo a cuestas. No pude identificar sus rasgos, ocultos tras una máscara de látex del jorobado de Notre Dame.
—¡Mi bolso! —grité llena de desesperación, pues dentro iba mi teléfono, mi cartera y el espray pimienta. ¡Necesitaba todo aquello para regresar sana y salva a mi casa!
—¡Olvídate del maldito bolso! —Aquel individuo se abrió paso entre la gente a codazos, como si de un jugador profesional de rugby se tratara.
—¿Dónde me llevas? —pregunté entre jadeos, esforzándome por respirar debido al apretado corsé y al golpe en las costillas.
Cerca del cuarto de baño hay una pared derruida; podemos salir por allí. Tras dejarme en el suelo, procedió a quitarse la máscara de látex y la peluca. Luego, me tomó de la mano y caminamos a contracorriente por entre aquel mar despavorido de gente.
Mi mente giraba en un torbellino de pensamientos vertiginosos. ¿Quién sería aquel tipo? ¿Por qué le había pegado a Oliver? ¿Qué narices había pasado en la fiesta? ¿Quién había avisado a la policía? Y, sobre todo, ¿dónde estaría mi amiga? Mientras caminaba guiada por el jorobado, busqué a mí alrededor con la mirada sin ser capaz de ver nada, solo borrones que se movían por la oscuridad.
—¡Espera! —dije con ansiedad—, necesito encontrar a alguien.
—Grace está bien. Ha salido huyendo justo antes del apagón —afirmó Quasimodo para mi sorpresa, sabiendo a quién me refería y, por ende, quién era yo.
A pesar de sus palabras reconfortantes, la preocupación seguía latente en mi interior. La incertidumbre de no saber dónde se encontraba Grace me generaba angustia. Entretanto, la sangre bombeaba en el interior de mis tímpanos, impidiéndome escuchar con normalidad, como si todavía estuviera encerrada dentro del armario, donde todo el mundo exterior sonaba amortiguado.
Cuando abandonamos la fábrica, saltando por entre los escombros del muro derrumbado, la luna se dejó ver durante unos segundos entre el manto de nubes negras que la rodeaba. Por fin, pude descubrir la identidad de la persona que se ocultaba tras el disfraz del jorobado de Notre Dame.
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LA CHICA DE LOS VIERNES ·ϿʘϾ·
Ficção AdolescenteBrad Owens es el eterno segundón. A pesar de ser alto, guapo, carismático e inteligente, nunca ha conseguido destacar por encima de Oliver Sullivan, su mejor amigo, el popular quarterback del equipo de fútbol de la preparatoria Saint Therese of Lisi...