DREW SMITH.
Quizás debí llegar minutos después, o quizás no debí aceptar la invitación, porque de esa forma no hubiera vuelto a encontrarme con la única chica que seguía apareciendo en mis sueños cada que cierro los ojos, de esa forma no estaría viendo como otro hombre le proponía matrimonio.
De esa forma seguiríamos sin vernos por otros tres años más.
—Si, si quiero—Sus ojos se despegan de mí y le sonríe ahora a su futuro esposo para luego sellar la propuesta con un beso.
Un beso que le agrego una grieta mas a mi corazón.
—Querido, ya doné y me tomé una foto, nos podemos ir, ¿estas listo?
Amy toma mi mano distrayéndome de lo que yo observaba o mas bien de quien yo observaba, volteo a verla intentando sonreír.
—No, quedémonos un poco más, se verá mal si te vas inmediatamente.
—Pensé que no querías venir—Amy sonríe—. Pero gracias por acompañarme, eres el mejor.
—Es porque tenia mucho trabajo, pero Ryan se hará cargo, no te preocupes—Acepto su beso cuando ella rodea mi cuello y trato de abrazarla ignorando lo que mi pecho siente.
—Iré por algo de beber, ya vuelvo.
Vuelvo a buscar a la dueña del dolor en mi pecho, pero esta vez ya no está, casi como si solo hubiera sido una ilusión.
Volverla a ver en definitiva no era algo para lo que estaba planeado mucho menos luego de estar tres años sin verla y sin saber de ella porque asi lo habia pedido, aunque Ryan me llamara un cobarde.
Pero ella sigue siendo hermosa, es perfecta, todo lo que ya era, pero ahora multiplicado por mil. Mi corazón se emociona ante la idea de verla, pero todo en mi arde al ser consiente de que acabo de verla comprometerse con otro hombre del que parece demasiado enamorada y eso por alguna razón me molesta muchísimo.
Comienzo a caminar entre la multitud sonriéndole a las personas que me saludan sintiendo que mi corazón la busca con desespero, como si no hubiesen pasado tres años desde que salió de mi oficina acabando con nuestra historia de amor.
Entonces mi corazón logra su propósito y la encuentra sentada en una mesa sola, sin nadie acompañándola, esta observando su anillo con una sonrisa, se ve perfecta, de seguro debe estar muriendo de ganas de quitarse los tacones y descansar, su vestido era perfecto, acorde a ella y su cabello se veía como siempre, perfecto.
No resisto mi impulso y camino hacia ella y sentarme en frente.
—Felicidades por tu compromiso—es lo primero que digo.
Sus ojos se despegan de su nuevo anillo y encuentran los míos, no necesito que lo diga para saber que está sintiéndose como yo, es imposible que no sienta esto.
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Adicto a Maya
RomanceDrew ha tenido una vida fácil el es literalmente el dicho "nació en cuna de oro" con su madre y hermana mayor siendo las mejores abogadas de todo el país, su hermana Kim siendo una reconocida periodista y su padre siendo el principal accionista en m...