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DREW SMITH

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DREW SMITH.

No me la podía sacar de la cabeza, no dejaba de escuchar sus gemidos, de imaginar su cuerpo, de verla a mi lado.

Una semana, llevaba una semana sin ver a Maya y se sentía peor que no haberla visto durante tres años porque si sus palabras fueron ciertas entonces no la volvería a ver.

Me mantengo observando fijamente los planos que aparecen en mi computadora, tratando de mejorarlo, pero mi mente simplemente no me deja trabajar, estoy distraído todo el tiempo, no pienso claramente y no puedo hacer mi trabajo, tenia demasiado planos que corregir y que no estaba logrando hacer, el trabajo se acumulaba y a mi cabeza parece no importarle.

Porque en verdad ya anda importa.

—Hola amor—Amy abre la puerta de mi oficina y camina hacia mi con una sonrisa, deja un beso corto en mis labios y se sienta frente a mi—. ¿estas muy ocupado?

—Depende de lo que necesites—respondo sin verla.

—¿Podemos hablar?

Despego mis ojos de la computadora y observo fijamente a Amy, ella no dice nada y yo la analizo, es increíble como hace años yo estaba enamorado de ella y daba mi vida por un futuro a su lado y hoy en día que esta junto a mi ya no deseo eso solo por como ella termino las cosas, porque, aunque me esforzara, no podía sentir amor por Amy.

—Fui al doctor, sin decirte, me hice los analices, esta todo bien, dijo que podemos tener hijos, solo hay que intentar—me sonríe amablemente—. Creo que es momento de dejar los cuidados.

—No quiero—confieso ordenando las cosas sobre mi escritorio.

—¿Qué cosa no quieres? —la risa nerviosa de Amy me deja saber que se aproxima una discusión, pero yo no odia traer al mundo a un niño que no iba a querer.

—No quiero tener hijos, no ahora, no...

—¿No conmigo?

—No dije eso.

—Ibas a decirlo.

—Amy no voy a querer a ese niño, ¿quieres traer a un niño al mundo para que su padre no lo quiera? En este minuto no puedo preocuparme de ser padre, de cuidarte, de formar una familia, no quiero y no puedo.

—Drew...íbamos a tener un bebe, ¿pensabas eso? Porque ese bebe ya estaría entre nosotros...

—Fue un accidente, del que me iba a hacer cargo—interrumpo—. Se que es doloroso lo que paso, pero ahora que puedo tomar inteligentemente la decisión, no quiero Amy.

Quizás si se trababa de no querer tener hijos, quizás en tres años resulte que si pude volver a amar a Amy y tendremos hijos, no lo sabía, no tenía certeza de nada.

Pero si sabia que en este mismo momento no seria un buen padre, a penas logro cuidar de mi, no podría cuidar y proteger a un bebe de todo lo que sucede en el mundo, no dejaría embarazada a Amy para que se haga cargo sola, los bebes se hacen de a dos y yo era responsable de mis actos la mayor parte del tiempo, como un adulto responsable, no quería un bebe.

Adicto a MayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora