Capítulo 23: Corre.
-Robin, vete.- Mascullo.
-¿Qué?- Preguntó ella aterrada recordando lo que había leído en las cartas con anterioridad, sabia que separarse era lo peor que podía hacer.- ¡No! No voy a irm...
-¡He dicho que te vayas!- Zoro la miró de reojo con lo que parecía ser ira, la criatura los miraba a ambos con curiosidad, ladeando su cabeza hacia la derecha y hacia la izquierda olfateando con insistencia a ambos.- Robin... Escuchame.
Ella dio un paso hacia el frente pero Zoro Zoro la detuvo posicionandose frente a ella y observando como dos criaturas más se acercaban corriendo removiendo el suelo bajo ellos, ambos monstruos median lo mismo que el otro que estaba ahí, solamente que uno de ellos tenia el cuerpo de un felino y la cabeza de un oso con ojos con apariencia de reptil, y la segunda criatura llevaba el cuerpo más parecido al de un elefante con la piel seca y la cabeza parecida a un tigre.
-No voy a permitir que te quedes aquí.- Susurro ella sintiendo las lágrimas comenzar a llenar sus ojos y bajar por sus mejillas nuevamente sin poder evitarlo, el pecho le quemaba pero no por el esfuerzo físico, le quemaba por que estaba aterrada de lo que iba a suceder, las emociones las tenia a flor de piel.- Los vi destrozar el cuerpo de esa gente en la villa y...
-Escuchame.- Murmuro él deteniendola.- ignora lo que viste en la isla, si los dos escapamos nos perseguirán y ese será nuestro destino, ¿O no?.- Robin negó de inmediato por que separarse era lo que ocasionado todo anteriormente, los monstruos estaban atentos a los movimientos de ambos así que intentaban no moverse demasiado, Robin tragó saliva con dificultad.- Vete, date la vuelta y no mires hacia atrás no importa lo que escuches, ¿De acuerdo?
Robin negó rápidamente, no quería irse, quería quedarse con él y afrontar la situación sea como sea, por que en la carta había leído un relato desgarrador a partir del momento en el que se habían separado, sin contar que también había visto a las bestias despedazar cuerpos de hombres en un par de mordidas, arrancar extremidades y aplastar cabezas sin piedad, y después lamerse unos a otros la sangre que había quedado por sus cuerpos desperdigada y no quería que el destino de Zoro fuera quedar disperso de ese modo, ella sabía que podía evitarlo.
-No.- Susurro negando rápidamente.- lucharé contigo, será más rápido si ambos lo...
Zoro gruño por lo bajo como respuesta pero no tomó en cuenta que eso iba a alterar a los animales, haciendo que la bestia alada abriera las alas y las moviera un poco para elevarse unos centímetros del suelo generando una ráfaga de viento que a ambos los hizo perder el equilibrio.
Zoro sostuvo a Robin de la cintura para mantenerla fija contra el suelo y aprovecho para abrazarla con fuerza, el contacto físico era algo que prefería evitar en público, pero no podía no hacerlo cuando no tenia la certeza de volverla a ver, incluso tomó el atrevimiento de colocar la mano sobre la hinchazón en el cuerpo de ella y dar un par de caricias conforme la sostenía.
Dentro de su cabeza solo se repetían las mismas frases una y otra vez.
"Tienen que vivir"
"No puedo dejarlos morir"
"Quiero que conozcas el mundo"
-No lucharás conmigo.- Murmuro con firmeza.- Te iras, te resguardaras y yo haré tiempo.- Robin se separó de él con mi incredulidad, dándole un último vistazo de su cuerpo moldeado a la vida que estaba creando dentro de ella.- No me hagas hacerte daño para obligarte a irte, nos veremos en las cuevas, ¿O crees que sería capaz de no estar cuando nazca?
Ella sonrió por lo bajo limpiando sus lágrimas sintiendo los dedos de él presionando alrededor de su ombligo.
Escucharon el ruido de las hojas removiendose, lo que hizo a las tres bestias girar su cabeza en dirección a los árboles, de donde Zaul salió, llevaba sangre corriendo por su frente, iba totalmente bañado en sudor y los miró a ambos desde el suelo con la respiración alterada.
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El Chico Que Puede Ver El Futuro [ZoroxRobin]
FanfictionMientras el sunny se encontraba en calma una mañana cualquiera, alguien burló a todos y salto a cubierta. Un joven herido, cansado y a punto del desmayo, con el rostro escondido y los ojos llenos de dolor. Cargaba consigo un par de katanas y una v...