C A P 3

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Capítulo editado. 

Recomendación: escuchar Fetish de Selana para leer el cap.

Quedé completamente desubicada, cómo las veces que llegaba a mis clases y ese mismo día el profesor tenía la gran idea de preguntar un tema que evidentemente nunca estudié. Justo así me sentía.  ¿Qué le pasaba a este señor?  ¿Y por qué se ría con él?  En el proceso de entender el gran comentario de Pablo y la risa nerviosa de Fabio que por poco decía "ya lo sabía" decidí sonreir como si estuviese en un show de comedia. 

Mis favoritos. 

Miré a todos los presentes para  dar a entender que mi tío, era un verdadero crack, para finalmente llegar a él. 

Alto, alto y alto. Dioses. Pero no podía dejarme llevar por eso... no cuando fue descortés. 

— De las cosas que he escuchado de ti, esta no me lo esperaba — Menciona con sarcasmo e invade mi espacio personal para extenderme su mano — Un gusto, Julia

En este instante me siento la persona más bruta del mundo y con miedo de que mi boca saliera algo fuera de contexto ya que por lo que veo, es de familia.  Aunque por dentro moría por matar a Pablo. Su acto de presencia es la de un hombre seguro de si mismo, es decir, independientemente si es de mi gusto o no, él se hacía notar. 

Y vaya que sí. 

Era obvio que causó cierto matiz de nerviosismo en mí y estaba completamente segura que a mi mente iban a llegar los comentarios de los que tanto me reía y juzgaba a las chicas por indecentes. 

Por ejemplo, su voz. Esa voz ronca y sexy, completamente paisa. 

— El gusto es mío, Richard. Disculpa las ocurrencias de Pablo — Le sostengo la mano y retiro lentamente — He tenido el placer también de conocer a tu padre y hermano.

Me sonríe e inconcientemente miro su boca y los particulares hoyuelos en las mejillas. Logré entender a algunas de las chicas, lo único que agradecía internamente era no tener expectativas sobre el tipo de persona qué puede llegar a ser.  Pues ya tenía suficiente que me haya mandado a usar Duolingo. 

Su sonrisa y mirada me hizo pensar que era muy coqueto para mi gusto. 

O puede qué no. 

Fabio buscó el lado de su hermano para darle un fuerte abrazo.

— Yo entiendo a las chicas qué están enamoradas de mi hermano — lo dice con orgullo — es que en algunos momentos ni yo puedo creer lo increíble que es.

Es totalmente normal qué su hermano se encuentre orgulloso, admitía qué era un jugador espectacular.

Solo eso. 

Me siento diagonal para obtener toda la vista de su figura, sus tatuajes y el uniforme tan pegado debido al sudor me hizo recordar la salida del último partido de la selección Colombiana.

Intento entablar una conversación con algunos del cuerpo técnico y Fabio algunas veces era mi traductor. Una que otra  vez lo detallaba, conversador con todos y realizaba bromas seguidas con la mayoría de los jugadores que se iban uniendo. Al no querer verme perpleja por tenerlo cerca de mí, evitaba cruzar nuestras miradas. 

— Não acredito, Júlia. Você está aqui e mais linda —  Raphael llegó trotando hasta donde estabamos todos, entendiéndole lo último le contesté con un gracias pese a que con anterioridad me había insinuado un acto fuera de contexto, se sintió bien ser saludada por un miembro del equipo que no fuese Pablo. 

Envueltos +21 ||Richard Ríos||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora