C A P 10

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Capítulo editado. 

Después del sábado intenso y penetrante estuve sin ánimos lo que restaba del fin de semana, es decir, el domingo no fui capaz de hacer absolutamente nada con mi vida y le mentí a Pablo que el periodo, que por cierto; había llegado. 

Pero ¿Qué ánimos puedo tener con la carga hormonal y el chisme que estaba rodando en las redes sociales? "El futbolista del equipo de Palmeiras con un nuevo amor"  ¿Cuál nuevo? si no se conocía ninguna pareja oficial de Ríos y para empeorar la situación Fátima me regañó de paso, lo único bueno es que mi rostro no quedó expuesto en las imaganes que filtraron mientras estábamos en recepción. 

De curiosa abrí tiktok y busqué las noticias recientes de él y confirmé, un montón de noticias amarillistas. Abrí mis ojos de sorpresa ante un comentario que según daban recompensa por saber quién era la mujer del restaurante.

No puede ser... 

Descargo el video y se lo envío a las chicas por el grupo de whatsApp. 

Si tengo en cuenta el consejoo de mi madre; la mejor solución es hablar con él como dos personas maduras y responsables de sus actos, sí... ¿Y cómo? si todavía me siento  que puedo morir de la vergüenza, no es tan fácil confrontarlo. Dejo a un lado mi télefono y cierro los ojos un momento mientras el sol no se hace tan insoportable. 

Tengo que organizar mi mente primero; estar bien conmigo misma, hablar con él y redactar el contrato del nuevo integrante del equipo de entrenadores físicos. 

Agradecía estar sola en las bancas y los jugadores dispersos, por lo general Sebastian y Raphael son los que siempre me saludan de primero, hoy no lo hicieron; mi cara lo decía todo. 

Mil metros alejados de mí. 

 No quería entablar conversación con nadie excepto con Richard, era lo que necesitaba para sentirme en paz. Pero solo limité a observarlo en su entrenamiento y por un momento me perdí en el vaivén de su cabello, en como su pecho subía y bajaba rápidamente y el sudor recorriendo por cada parte de sus músculos  bien definidos, con su ropa pegada a su cuerpo mostrando lo que tanto me gustaba. 

Deseaba besarlo así de susado y agitado, deseaba  sus manos por todo mi cuerpo nuevamente.

¿Por qué es tan jodidamente sexy?

Los músculos de sus brazos en particular me gustaban más, ya que se marcaban cada vez que bajaba hacer flexiones  o con algún esfuerzo. Solté un suspiro que llevaba retenido y por fín sentí que bajé de la nube en la que estaba montada. 

Debía verlo a solas por muchas cosas, aunque lo importante fuese aclarar nuestras dudas. 

Todavía podía recordar con exactitud sus palabras, su confesión, ¿Si me hubiese quedado ahí estuviera más calmada? niego y me levanto para salir de la cancha por mi salud mental y sexual para dirigirme a la pequeña oficina que me habían otorgado. 

A diferencia de las otras veces omito las fotos que están siempre en la entrada, no las reparo, así que entro y cierro la puerta de un tirón como si ella fuese culpable de mi estado.

Pero lo que tengo claro es que necesitaba hablar con él antes de su partido, no quería generar un disgusto antes, pero por más que pensara en cómo... nada. Sin más preámbulo decido adelantar mi trabajo y estar libre por si algo llegase a suceder. Hice unas llamadas pendientes de Pablo y oganicé unos encuentros con otros técnicos que posiblemente vengan por Ríos, una decisión muy difícil para P. 

Envueltos +21 ||Richard Ríos||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora