A diferencia de la última vez que amanecí en esta cama, él se encontraba a mi lado abrazándome. Permanecía en un sueño profundo y aproveché que nos habíamos quedado dormidos de frente para analizarlo.
Sus pestañas, sus cejas y los particulares tatuajes de su pecho que sí me gustaba dos eran mucho, pero obviamente no sé lo diría.
No me gustaba su esencia por cómo lucían sus tatuajes, iba más allá que eso. Me engañaba. cierta parte de lo que conquistó fue el porte de chico malo.
Yo me encontraba incluida, me gustaba su todo su aspecto.
Levanto mi mano para tocar suavemente su rostro y el área de su clavicula ¿Así se sentía la última vez? Porque si bien esta vez permaneció en la cama, sin otros percances, sabía que su declaración era verdad.
Estaba la rara sensación de qué no podíamos estar juntos.
Y me encontraba en conflicto otra vez , no porqué accedí a tener intimidad con él, si no por el hecho de mi duda sobre sus comportamientos ¿Un día si y el otro no? ¿Qué pasaba? Sí no salía con nadie, las redes sociales siguieron especulando sobre la posible relación con una desconocida, o sea, yo. Además, si por alguna razón me encontraba poco informada por mis medios pondría en duda mi idea, pero Fátima sabe todo lo que se habla y pública de él en redes.
Si su pensar fue estar conmigo una noche y evitar que nos comprometieramos ¿La cena, las rosas y el chef privado demuestran qué no fue un gusto de una noche? Los hombres pueden hacer eso, claro, pero no quería admitir que él fuese ese tipo de sujetos.
Y nuevamente me estaba fallando, no podía crear especulaciones de una persona si no tenía suficiente información.
¿Qué conocía de él? Sin tener en cuenta lo que Fabio, Fernanda y Pablo me contaban. Es extremadamente cerrado consigo mismo y tal parece que no quiere hacer el intento de abrirse conmigo.
Qué horrible es no entender las cosas y que esa en particular te gustara tanto para permitir aunque sea un sexo casual; un sexo maravilloso y sucio. Las cosas que me decía, la forma en cómo me ordenaba, la facilidad de manipular mi cuerpo demostrando su fuerza me excitaban.
No podía quedarme solo con satisfacción de ser dominada en la cama ¿O sí? es que era la única que tenía acceso a su lado pervertido.
Para evitar mi meditación decido levantarme hacia la ducha y darme un buen baño, no me importaba en este momento si después de salir de la bañarme quedaba impregnada de sus productos, de su olor. Así mismo, intentaría quitarme el maquillaje con algo que no fuese agresivo para mi piel.
Lo que me gustaba de su baño es que contaba consufiencte espacio para encontrar muchas de sus cosas, como sus perfumes caros y como es de esperarse, todo se encontraba en orden. Desde los productos abiertos y los que mantenía de repuestos, guardados en una cesta de decoración; tan meticuloso. Tomé un cepillo de dientes nuevo y lo acomodé al lado del suyo, dado que presiento que no sería nada de su agrado.
Busco un jabón facial, crema hidrante de las que ya se encontraba en uso pero me percato de una pequeña libreta en donde está anotado la receta médida y los pasos para su rutina. Me reí y sigo revisando lo que contenía; nombres de productos en portugués, farmacias y algo más llamó mi atención:
Se me borró la sonrisa.
Dos columnas de números de abogados, números de teléfonos de Brasil y Colombianos ¿En qué problema estaba metido? Pasé a la siguiente hoja y para mi sorpresa se encontraba anotado el nombre del usuario de mi cuenta fantasma, el ordén correcto de los lugares a los que he asistido ¿Qué mierda? ¿Me estaba espiando? Sin poder creer lo que estaba viendo, en la última hoja se encontraba mi nombre completo con la fecha que llegué a Brasil, más abajo dibujó un circulo y escribió "Trata de no caer muy rápido" ¿Cómo? dejé a un lado la libreta y me senté en el piso, sin querer una lagrima rodó por mi mejilla y después una tras otras.
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Envueltos +21 ||Richard Ríos||
Roman d'amourLo que inicia con una fuerte desconfianza pronto se transformará en una atracción tan ardiente que amenza por consumirlos. Cada encuentro entre Julia Montoya y Richard Ríos es una batalla de voluntades; entre el deseo irrefutable y el juego. Julia...