Envueltos +21 ||Richard Ríos||

C A P 5

Capítulo editado.

Ante la sorpresa del momento opto por reír y darle un golpe en su barriga sin que nadie se de cuenta.

Con su voz adolorida me responde — Pero nena, solo estoy manifestando

¡Vaya manera de manifestar!

—Pero no me pongas en ridiculo — Resoplo

A pocos metros de la entrada se encontraban sus padres y su hermana, pero a simple vista él no, eso era bueno. Discretamente analizo el hermoso apartamento; pintoresco y lleno de vida, es como una combinación entre lo elegante con toques playeros, desde la cocina hasta lo que se consideraba sala de estar y bar.

Sin saber por donde comenzar F me hala para presentarme con sus padres — Julia, Dios mío, si eres toda una mujer — Amanda toma de mi mano para darme una vuelta y admirarme — ¿Segura qué eres familia de Pablo? — Bromea 

—Muchas gracias Amanda, Fabio no mintió en decirme qué eres una mujer bella y amorosa — toma de los cachetes a su hijo 

En efecto si lo era; su elegante postura lo dejaba en evidencia. 

Sus ojos llenos de alegría me hiceron ahnelar tener a mi madre presente ¿Me extrañaría cómo yo a ella? 

Por otra parte, Don estaba al pendiente de nuestra conversación para poder interrumpir en el minuto adecuado; 

—Buenos señoritas, espero que no nos critiquen mientras los hombres nos reunimos — Nos reímos y Fabio no se va con él 

—¿Qué? puede que yo sea gay. El futbol es agotador y ellos — los señala — hablan todo el tiempo de eso ¿Cómo no se han vuelto locos? viven, respiran, sueño, tienen relaciones y en lo que piensan es en el futbol — entorna la mirada y resopla. 

Me giro para observarlos y ahí estaba él. Sonriente con todos y sosteniendo en sus brazos al pequeño Liam, me dispongo a observarlo, mirarlo por completo. Analizar como sus pantoles grisis se moldean a su cuerpo marcando las parte más indecentes de sí mismo ¿Soy una pervertida?  su camisa blanca era otra cosa; por la combinación de sus tatuajes. 

Las facciones se le marcaban tanto cuando sonreía y la manera en la que sus ojos se hacian pequeños me generó gusto.

Estaba feliz y muy guapo. 

—Supongo qué ya conoces a mi precioso hijo — Amanda afirma lo que sutilmente me encontraba imaginando. 

Gracias al señor no fue su hijo desnudo. 

La mirada llena de orgullo se detiene en él, pero a diferencia de mí, ella si tiene más validez en mirarlo. Aunque faltaba muy poco para se diera cuenta que las dos mujeres lo acechaban. 

—Sí, pero no tan lindo cómo tú — Vuelvo a mis postura dejando atrás al hombre que me gustaba y disgustaba. 

Solo una atracción ante lo desconocido. 

Halo una de las sillas de la barra para sentarme y enfocarme en otras cosas, la cena no tiene porque ser una tortura para mí. Escucho las risas a los lejos pero no volteo, verme como una presa fácil no es la intención. 

— Ay hija mía, no tienes porqué mentir para convivir — Se ocupa en la cocina mientras la observo. Ya que F se desapareció del mapa — ¿Una copa de vino tinto para iniciar?

— No veo el porqué — Respondo — Me gusta mucho la decoración del apartamento, especialmente la iluminación —Digo para variar

— Esto fue... amor a primera vista — se quita los guantes — Es regalo de Richard — Su cabello castaño y corto resaltaba perfectamente con su vestido clásico y ni que decir de sus joyas exóticas.