˗ˋˏ6ˎˊ˗

150 17 3
                                    


__________________๑♡⁠๑__________________

La Promesa de Paz
Eren Jeager

__________________๑♡⁠๑__________________

Año 850

"Cinco años despues de la caida de la caída de Shinganshina"

____________________________________

Hange había estado toda la noche hablándome de titanes. Yo estaba con unas ojeras y me quería ir a dormir. Apenas podía mantener los ojos abiertos cuando Moblit interrumpió nuestra charla para informarle que los titanes habían sido asesinados.

—Hange, los titanes... Sawney y Bean... han sido asesinados.

Hange se movió inmediatamente y salió afuera. La seguí, y la vi arrodillada en el suelo, llorando. Levi estaba a su lado, intentando consolarla de su manera peculiar.

—Déjalo a la Policía Militar para que lo investiguen —dijo Levi con voz firme.

Estaba mirando todo asustado. Los cuerpos de los titanes, el dolor de Hange, la indiferencia de Levi. Era demasiado. Sentí una presencia detrás de mí y me di la vuelta para encontrarme con Erwin.

—Eren, ¿quién crees que es el enemigo? —me susurró Erwin.

Estaba confundido, y no sabía qué responder. Siempre habían sido los titanes los enemigos, pero ahora... ahora parecía que las cosas eran más complicadas. Erwin se dio cuenta de mi vacilación y puso una mano en mi hombro.

—Lo siento por ponerte en esta situación —dijo Erwin antes de retirarse.

Me quedé allí, dudando. Todo lo que creía saber estaba en cuestión. La idea de que el enemigo podría no ser solo los titanes, sino algo o alguien más, me llenaba de incertidumbre. Miré a Hange y Levi, y luego a los cuerpos inertes de los titanes. ¿Quién podía haber hecho esto? Y, lo más importante, ¿por qué?

Mi mente era un torbellino de pensamientos. La muerte de los titanes de Hange no era solo un acto de violencia, sino un mensaje. Pero, ¿de quién? ¿Y qué significaba para nosotros, para nuestra lucha? En ese momento, comprendí que nuestra verdadera batalla apenas comenzaba y que el enemigo podía estar mucho más cerca de lo que habíamos imaginado.


●●●●

Eliana Müller

__________________๑♡⁠๑__________________

Año 850

"Cinco años despues de la caida de la caída de Shinganshina"

____________________________________

La Policía Militar estaba investigando sobre el asesinato de los titanes de prueba. Sabía que Annie lo había hecho esa noche, ya que me avisó cuando se fue. La Policía Militar controlaba el número del equipo de maniobras tridimensionales. Conny hablaba con Armin y Annie, mientras yo estaba perdida en mis pensamientos.

—Con todo lo que ha sucedido, ahora estoy dudando si unirme a la Legión —dijo Conny.

Annie, con su habitual calma, respondió:

—Si quieres hacerlo, hazlo. Pero yo nunca cambiaré mi forma de pensar. Yo quiero salvar mi vida.

Un soldado se nos acercó y nos llamó a todos los graduados para dirigirnos a las tribunas. Allí, Erwin Smith, el comandante de la Legión, comenzó a persuadirnos con un discurso para que nos uniéramos a la Legión. Explicó que necesitaban relevos desesperadamente para poder retomar el control de la Muralla María hasta el Distrito Shiganshina. No sabía qué tramaba Erwin contando su plan públicamente, pero lo dejé pasar por ahora.

—Esto no será fácil. Las pérdidas en cada misión son impresionantes —advirtió Erwin.

Todos allí se asustaron, pero yo mantenía mi pose firme, al igual que Mikasa y Annie. Erwin siguió, diciendo que los que quisieran unirse al Cuerpo de Exploración y sacrificar sus vidas por la humanidad debían quedarse en ese lugar. En ese momento, muchos se retiraron. Miré a Annie y nos despedimos con la mirada, para que ella se retirara de allí. La mayoría de mis compañeros se quedaron valientemente de pie, muchos lamentándose, pero sin perder la fe. Al final, quedamos 21 personas allí.

Erwin nos miró y gritó con todo su ímpetu:

—¡Den su corazón!

Todos los que quedábamos hicimos la pose militar, decididos. Gracias a Eren, muchos habían encontrado el valor de quedarse. Su discurso en la cena de graduación, comentando que la humanidad podría vencer al final, demostró su esperanza y voluntad de lucha. Sonreí al recordarlo y vi cómo muchos se lamentaban y lloraban, como Sasha, Armin y Christa. Pero, a pesar del miedo y la incertidumbre, todos estábamos unidos por un objetivo común: la supervivencia de la humanidad.

●●●●

Eren Jeager

__________________๑♡⁠๑__________________

Año 850

"Cinco años despues de la caida de la caída de Shinganshina"

____________________________________

Estaba en el establo con mi caballo cuando vi a uno de la Legión guiando a los nuevos. Me acerqué para ver quiénes eran. El guía me saludó y preguntó si conocía a los reclutas. Asentí y observé cómo Mikasa se aproximaba con una mirada fría.

- ¿Te hizo algo el enano? -me preguntó Mikasa, con voz dura.

Negué con la cabeza y saludé al resto. Comenté que algunos estaban en la policía militar. Fue entonces cuando Jean intervino.

- Marco está muerto -dijo Jean, con pesar en su voz.

La noticia me sorprendió y entristeció profundamente. Miré al grupo, buscando a alguien en particular. Noté a una persona con ojeras profundas y una mirada apagada. Aun así, me devolvió la mirada con una sonrisa dulce.

- ¿Annie fue la única que fue a la policía militar? -pregunté, tratando de mantener la conversación ligera.

Eliana asintió con seriedad.

- Sí, Annie fue la única -respondió Eliana, con un tono cansado.

El guía decidió que hablaríamos después y los reclutas continuaron su ruta. Decidí no preguntarle a Eliana qué le pasaba. Seguramente la batalla de Trost y las pérdidas habían dejado su marca en todos nosotros.

●●●●

Todos estaban cenando en el comedor, menos Eliana, que no quiso comer. Mientras todos hablaban, me levanté de la mesa sin que nadie se diera cuenta y fui al patio. Como me lo imaginaba, encontré a Eliana abrazando sus piernas, con el rostro escondido entre ellas. Me acerqué y me puse frente a ella.

- ¿Estás bien? -pregunté con preocupación.

Eliana levantó la mirada, y vi que estaba llorando. Sin decir una palabra, simplemente me abrazó, apoyando su rostro en mi hombro mientras lloraba. Correspondí al abrazo y traté de calmarla frotándole suavemente la espalda.

- No puedo más con todo esto... No quiero ser soldado, ni una guerrera... Solo quiero paz... estar en un campo verde, lleno de flores...contigo, mientras me tocas el pelo... -dijo con voz entrecortada.

Me sorprendí por sus palabras, ya que no entendia lo de guerrera. Pero me mantuve firme.

- Te prometo que cumpliré tu sueño de paz. Te protegeré.

Continuamos abrazados hasta que tuvimos que irnos a dormir.

Eliana se despidió de mí y se fue a su habitación, mientras yo bajaba las escaleras del sótano, reflexionando sobre sus palabras y decidido a cumplir mi promesa.

𝐄𝐥 𝐄𝐜𝐨 𝐝𝐞 𝐃𝐨𝐬 𝐀𝐥𝐦𝐚𝐬º 𝗘𝗿𝗲𝗻 𝗝𝗲𝗮𝗴𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora