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Secuestrados
Eren Jeager__________________๑♡๑__________________
Año 850
"Cinco años despues de la caida de la caída de Shinganshina"
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Cuando llegamos a la mazmorras subterráneas, el ambiente era tan sombrío como la situación en la que nos encontrábamos. Kenny, con su inconfundible aura de amenaza, destapó los ataúdes que contenían a Historia y a mí. Mi mente estaba en un torbellino de confusión y rabia, especialmente al ver a Rod Reiss.
Tan pronto como lo vi, una ola de desdén y frustración me invadió. Este hombre, que estaba en el centro de todo lo que había salido mal, el verdadero obstáculo en nuestra batalla contra los titanes, se presentaba ante nosotros. No podía evitar ver a Rod como el enemigo de la humanidad, alguien que, al igual que su hija, había sido víctima de sus propias decisiones.
— Así que tú eres el único que está impidiendo que concluyamos esta batalla —le solté con una mezcla de desprecio y enojo. — No puedo creer que el hombre detrás de todo esto sea un completo idiota.
Rod, por otro lado, parecía ajeno a mi furia. Se acercó a Historia con una expresión de pesar y arrepentimiento que no esperábamos. La situación dio un giro inesperado cuando Rod se dirigió a su hija.
— Historia, lo siento mucho por todo lo que has pasado —dijo con un tono sincero, mientras la abrazaba con una ternura que contrastaba con el odio que sentía en mi pecho.
Historia y yo nos miramos sorprendidos, incapaces de procesar la complejidad de sus emociones. Rod, quien había sido retratado como el villano en nuestras mentes, estaba mostrando una vulnerabilidad inesperada.
— No, padre, ¿qué estás diciendo? —preguntó Historia, su voz temblando entre la confusión y el dolor.
— Estoy arrepentido —continuó Rod, con lágrimas en los ojos. — Te pido perdón por todo lo que has tenido que soportar. Si pudiera cambiar las cosas, lo haría sin dudarlo.
La escena era casi surrealista. La imagen de Rod Reiss, una figura que había sido el epítome del poder y la corrupción, ahora se desmoronaba frente a nosotros, pidiendo perdón y mostrando remordimiento.
— ¿Esto es un juego para ti? —interrumpí, incapaz de mantener mi compostura. — Mientras tú te arrepientes, la humanidad sigue sufriendo. ¿Cómo puedes pensar que un simple perdón va a arreglar todo el daño que has causado?
Rod parecía incapaz de responder, su mirada fija en Historia mientras ella se debatía entre aceptar sus palabras o seguir adelante con su propia lucha. La tensión era palpable, y el aire estaba cargado con la frustración de ver cómo el pasado y las decisiones de los poderosos impactaban directamente en nuestras vidas y en nuestra lucha.
La situación se estaba tornando aún más complicada, y me preguntaba cuánto más podríamos soportar mientras Rod y su arrepentimiento intentaban reconciliarse con una realidad que parecía estar fuera de nuestro control.
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Narrador
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Año 850
"Cinco años despues de la caida de la caída de Shinganshina"
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𝐄𝐥 𝐄𝐜𝐨 𝐝𝐞 𝐃𝐨𝐬 𝐀𝐥𝐦𝐚𝐬º 𝗘𝗿𝗲𝗻 𝗝𝗲𝗮𝗴𝗲𝗿
Hayran Kurgu𝐄𝐥𝐢𝐚𝐧𝐚 𝐅𝐫𝐢𝐭𝐳, 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐢𝐫𝐞𝐜𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐘𝐦𝐢𝐫 𝐅𝐫𝐢𝐭𝐳 𝐲 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐞𝐳𝐚, 𝐬𝐞 𝐯𝐞 𝐨𝐛𝐥𝐢𝐠𝐚𝐝𝐚 𝐚 𝐚𝐝𝐨𝐩𝐭𝐚𝐫 𝐞𝐥 𝐚𝐥𝐢𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐄𝐥𝐢𝐚𝐧𝐚 𝐌ü𝐥𝐥𝐞𝐫 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐨𝐜𝐮𝐥𝐭𝐚𝐫 𝐬𝐮 𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭...