EPÍLOGO

20 0 0
                                    


Después de meses y mesesde recuperación y de terapia, al fin mi Ángel había sido dado dealta y estaba listo para continuar con la vida, debo admitir queaunque dure mucho tiempo sin hablar o ver a Tom, nunca nos dejó, nohubo poder humano que lo hiciera desistir de encargarse de todos losgastos que hubo entre el hospital, las terapias físicas y todo lo quese ocupara .Toda la vida viviré agradecida por eso. Nuestra relaciónestaba en un punto en el que no sabía en realidad qué pasaba, nohablábamos como antes, cuando lo hacíamos era solo para ponerlo aldía sobre el estado de salud de Ángel; el tema de la boda no sevolvió a tocar. Yo no sabía si aun sentía algo que no fueraagradecimiento, él nunca me volvió a decir...nada, todo en mi vidasentimental era un caos lo único importante era la recuperación demi niño, lo demás era lo de menos. Ángel regresó a tomar terapiapsicológica, resulta que antes del impacto apenas había sacado aRosita de la silla del auto para que comiera, se sentía culpable,decía mejor le hubiera dicho a Vanessa que le diera un biberón,quizá así su hermanita por lomenos aún viviría, obviamente su dolor era muy grande, solo Diossabe cómo fue posible el mantenerme fuerte para él, me partía elcorazón y el alma verlo consumido por el dolor.

Pasó un año enrecuperación, al salir del hospital lo primero que me pidió fuevisitar la tumba de su padre y su hermana, fue duro, pero lonecesitaba. Al llegar a casa pasó lo que tanto temía, aunque, sabíaque pasaría en algún momento y por más que me metía en la cabeza yhasta ensayaba la respuesta, no creí que me dolerían tanto laspreguntas.

Ángel: Mamá, ¿Qué pasócontigo y con Tom?

Montse: No lo sé amor,hace tiempo no viene, tiene mucho trabajo

Ángel: Pero, ¿ya no seaman?

Montse: Es complicadoamor, yo... no sé, estoy muy agradecida, gracias a él pudimosllevar a cabo toda tu recuperación

Ángel: No fue lo que tepregunté ma, ¿aún lo amas?

Montse: Sí amorcito,mucho, lo amo y lo extraño demasiado, pero no puedo intervenir consu trabajo mi cielo, y ha pasado tanto tiempo, no sé si él aún lohaga

Ángel: ¿Y ya se lopreguntaste?

Montse: No, pero ya estarde amor, tienes que descansar, fue mucho por hoy, recuerda que eldoctor dijo que puedes regresar a tu actividades de siempre, pero...poco a poco mi vida.

Ángel: Ok, pero recuerdaque no podemos saber nada sin preguntar. Te amo mami.

Lo abracé y lo arropépara que durmiera; eso es lo malo de tener a un hijo como el mío, mehace sentir que el adulto centrado es él. Me senté en la salanecesitaba pensar, ya lo peor había pasado, mi hijo estaba de nuevo ami lado y sano; no sabía qué hacer, durante más de un año mi vidafue entre estar unos minutos en la casa y el resto del día en elhospital. Las palabras de mi niño se quedaron tatuadas en mi cabeza,me debatía entre buscarlo o no.

¿Lo extrañaba? claro quesí, ¿lo amaba? creo que sí, pero... ¿él aun me amará? ¿meextrañará?... Nadie sabe nada si no se pregunta... Saque el celularde mi bolsa, busqué su número, faltaba solo un toque, pero ¿y sino me respondía?

**Tom**

Desde aquella última vezque la vi, ya pasó más de un año; la extraño, no hay día que nopiense en ella; el trabajo me ha quitado todo mi tiempo libre, o almenos eso es lo que pretendo pensar, las pocas y únicas veces que hepodido hablar con ella han sido demasiado rápido, solo cruzar un parde palabras para saber sobre la salud de mi campeón, siento que laperdí y ni siquiera me enteré. De lo demás, estoy bien; tengotrabajo, tengo un techo, tengo dinero <como siempre>,materialmente no me falta nada, mas que ella. Espero que elextrañarla tanto no me afecte, no hay día que no la sueñe, que noquiera tenerla a mi lado.

Déjate amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora