Capítulo 13

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Me levanté y me acomode lo más rápido posible, esperando no se notará lo que hacía. Abrí la puerta y entraron, Esteban me miró extrañado y yo rogaba porque no se me notará nada y le sonreí. Ángel dijo que venía cansado, que iría a bañarse y se dormiría, le dije que estaba bien, se despidió de su papá y cuando me agache para darle el beso de buenas noches me di cuenta que prácticamente tenía un pecho de fuera, disimuladamnte me cubrir, le di su beso y se fue. Esteban no dejaba de mirarme, esperaba no se hubiera dado cuenta y para disimular un poco le pregunté si quería pasar y acepto.

Montse: Como les fue?
Esteban: Bien, fue un fin de semana muy divertido, antes de llegar aquí fuimos por unas hamburguesas, es más ten, te traje una.
Montse: Gracias, ahorita me la cenaré.
Esteban: Montse, desde aquella vez que te dije que aún te amaba te has estado portando aún más distante. Y se que tienes razón pero me duele.
Montse: A mi también, pero nada se puede hacer.
Esteban: Por qué no podemos intentarlo de nuevo?
Montse: Porque ya nos divorciamos y tú ya tienes una nueva familia.
Esteban: Pero te extraño demasiado.

En ese momento Esteban comenzó a acariciar mi cara,me veía con mucho cuidado,como si quisiera memorizar mi rostro, se acercó más a mí, olía delicioso, y yo no sabía si me podría contener.

Esteban: Te extraño, te extraño demasiado, extraño tus besos, tus caricias, tú cuerpo, extraño la manera en la que te entregabas a mi.
Montse: Esteban, yo, no.

No me dejó terminar de hablar y me beso, empezó a acariciarme,y yo ... yo me deje llevar, hace unos minutos le decía a Tom que eso necesitaba, y después de su audio,estaba demasiado exitada y no iba a perder la oportunidad. De un momento a otro, estaba sentada en sus piernas,besándolo desesperadamente, pero en mi mente no estaba Esteban, mi mente imaginaba que las manos que comenzaban a quitar mi ropa, el pecho que yo estaba acariciando y la boca que se apoderaba de mis labios, eran de Tom.
Sus manos comenzaron a quitar mi ropa mientras repetía que me deseaba, que anhelaba tanto hacerme suya, yo simplemente quería ignorar su voz y concentrarme en las sensaciones y en imaginar que era ese hombre tan hermoso con el que había estado platicando toda la tarde. Se levantó y me cargó hasta la habitación, ahí termino de deshacerse de mi ropa y de la suya, se recostó a mi lado y seguido besándome, sus manos viajaban por todo mi cuerpo, me acostó boca arriba y comenzó a besar mi cuello, me decía cuánto me amaba y me deseaba al oído, comenzó abajar sus labios, yo podía sentir su miembro en mi entrepierna mientras devoraba mis pechos, yo no quería verlo, no quería romper mi ilusión y mantenía los ojos cerrados. Él seguía bajando hasta quedar entre mis piernas, comenzó a dejar besos en mi vientre, en mis piernas, se sentía tan bien, de pronto puse sentir su lengua abriéndose paso entre los pliegues de mi sexo, lamía, succionaba, besaba,era todo tan intenso, de pronto lo sentí de nuevo sobre mí y de manera muy suave y lenta me penetró. Solté un gemido que rápidamente se vio apagado por sus besos, me besaba como nunca antes, sentía su amor, sus arrepentimiento, sentía todas las cosas que me quería hacer sentir, pero yo solo le demostraba las ganas de sexo y lo bien que me sentía en ese instante. Comenzó con un vaivén lento y poco a poco, con cada embestida subía la velocidad

Esteban: Abre los ojos, quiero verte, quiero que me digas que lo extrañabas tanto como yo.

Lo abrase para que no insistiera, de pronto me giro, levantó mi cadera de un solo movimiento volvió a entrar en mí. Estaba poniendo todo de su parte, jamás me lo había hecho así, me tomo por el cabello y sin salir de mi me levanto, con una mano me tomo del cuello y con la otra jugaba con mis pechos, y me hablaba al oído como nunca antes.

Esteban: Eres mía, solo mía, solo yo puedo entrar en ti, solo yo puedo poseerte. Nadie te lo haría como yo.

Yo solo podía responder con jadeos y mi cuerpo comenzó a sentir un cosquilleo en mi vientre, mis piernas y los brazos empezaban a perder fuerza, mi orgasmo estaba muy cerca, comenzé a moverme a su ritmo y empecé a acelerar, el sintió que estaba a punto de terminar y arremetió con mucha más fuerza, escuché sus jadeos, él también estaba por terminar, me tomo por la cintura y me dio un par de nalgadas mientras me hacía pegar el pecho y la cara a la cama y así fue como después de meses caía en el espiral de placer, y él junto conmigo.

Déjate amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora