VEINTICINCO

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Me despierto antes del alba, muy consciente de que sólo una pared me

separa de Jordyn. Todavía noto sus manos agarradas a mi espalda, sus

piernas atadas a mi cuerpo. ¿De verdad sucedió? ¿Y hay alguna

posibilidad de que se repita? Creo que ella estaba tan decidida como yo,

pero entonces, ¿por qué me rehuyó cuando se fue su mamá?

Sólo hay un modo de averiguarlo.

Abro la puerta de mi cuarto y atiendo a la menor señal de vida. No

hay moros en la costa, así que me dirijo a hurtadillas a la habitación de

Jordyn. La puerta no está cerrada por dentro. Por lo tanto, no desea

impedirme el paso.

Su respiración es regular y profunda; salta a la vista que está

dormida. Con cuidado, me siento al borde de la cama mientras memorizo

sus tranquilos rasgos. Mis dedos quieren acariciarla, así que lo hago, con

delicadeza. Qué suaves son su mejillas. Le paso los dedos por el cabello y

ella se mueve.

—Mmm.

—Buenos días —le susurro.

Cambia de postura para mirarme. Su sonrisa me vuelve loco. La

deseo más de lo que nunca he deseado a ninguna chica. Jamás.

De golpe y porrazo su sonrisa se esfuma. Levantándose de la cama,

me empuja a un lado y desaparece en un enorme vestidor. Cuando vuelve a

salir, lleva una gruesa bata y algo de ropa en la mano.

—Tienes todo lo que necesitas en el cuarto de invitados —me dice

mientras se encamina a toda prisa a su baño, sin molestarse en mirarme

siquiera antes de cerrar la puerta.

¿Qué carajos acaba de pasar? No lo entiendo. Repaso todo lo

sucedido hasta que estuvimos a punto de hacerlo en el pasillo y me doy

cuenta de que... ay, soy un puto idiota. Lo hizo por pena. Tuvo que ser eso.

Y ahora... ¿qué? ¿Está enojada conmigo por insistir? O sea, ¿qué otra

cosa puede ser?

El ruido de la regadera cesa. Oigo encenderse una secadora. Por

pocas ganas que tenga de volver a casa, estoy seguro de que Jordyn no me

quiere aquí. Si me voy ahora, por lo menos me ahorraré otro encuentro

incómodo.

Cuando llego a lo alto de las escaleras, veo a Kelly en la cocina. No

puedo pasar junto a ella sin quedar como un maleducado.

—Estoy preparando huevos, Tyler. Siéntate.

Señala con un gesto un taburete de la isla. Se recogió el cabello

castaño con una pinza.

Quiero marcharme antes de que suba Jordyn pero no deseo hacerle el

feo a la persona que me preparó la mejor cena que he probado desde que

mi mamá murió.

Kelly coloca un plato y un tenedor delante del taburete.

Después De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora