Capítulo 35

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quiero dejar una nota diciendo que Baekyeol es Nazarach, e decidí mejor dejarle ese nombre porque Baekyeol no me gusto, igualmente luego editare los capítulos donde estaba como Baekyeol, si llego a cambiar otra cosa lo avisare.

....

Wonwoo yacía entre los brazos de Mingyu, completamente saciado de sexo. El arcángel había cumplido su promesa. Había conseguido que gritara. Su corazón aúnlatía con fuerza dentro del pecho debido al placer abrasador cuando cayó en la cálido oscuridad de un sueño tranquilo. Tan tranquilo que tardó un rato en entender lo que estaba oyendo.

«Plaf.

Plaf.

Plaf.

—Ven aquí, pequeño cazador. Pruébalo.

Wonwoo apretó los labios con fuerza, pero el sabor se coló en su interior de todas formas, como una criatura insidiosa e indescriptible. ¡No!, gritó su mente, que se negaba a asimilar lo que era, a comprender.

Pero el monstruo no le permitió escapar.

—¿No te parece que Danielle es deliciosa? —Sus ojos eran de color castaño oscuro, con el iris ribeteado por un delgado círculo rojo como la sangre—. He reservado un poco para ti. Toma. —Sus manos apartaron el pelo dorado de su hermana para revelar la zona en carne viva de su garganta—. Creo que todavía está tibia. —Acercó el rostro al cuello de Danielle y situó las manos sobre sus pechos, que apenas habían empezado a desarrollarse.

El grito desgarró la garganta de Wonwoo.

—¡No! —Se abalanzó sobre él para atacarlo con uñas y dientes, con patadas furiosas.

Pero ni siquiera un cazador nato era tan fuerte como un vampiro adulto. Un vampiro atiborrado de sangre. Jugó con el, hizo que creyera que le había hecho daño. Y cuando bajó la guardia, cuando se quedó exhausto por la pelea... lo besó.»

Wonwoo despertó ahogado.

Unas manchas negras nublaban le nublaban la vista y amenazaban con sumirlo en la inconsciencia... hasta que las esencias de la lluvia y del mar se infiltraron en su mente. Esencias frescas y salvajes, muy diferentes al horror que sentía en la boca.

Esencias que la arrancaron de la pesadilla y lo ayudaron a respirar mientras buscaba con desesperación el abrazo de Mingyu.

El arcángel lo rodeó con los brazos y creó para el un paraíso inquebrantable, absoluto.

—Chsss. Ya estás conmigo.

—Dios mío, Dios mío, Dios mío, Dios mío...

 Mingyu lo abrazó con fuerza, con tanta fuerza que temió dejarle cardenales. Pero el no dejó de temblar. Murmuraba palabras sin sentido, y su miedo era tan intenso que casi podía saborearse.

—Wonwoo. —Pronunció su nombre una y otra vez mientras acariciaba su mente, hasta que el empezó a mirarlo, a conocerlo. Siguió abrazándolo y deslizó las manos por sus alas sin cesar para tranquilizarlo, para recordarle que estaba allí con él, y no atrapado en un pasado del que no podía escapar.

Mantuvo su anhelo y su furia ocultos tras un escudo de hierro. Los arcángeles podían hacer muchas cosas, pero ni siquiera él podía volver el tiempo atrás y borrar esa maldad que había destrozado a Wonwoo antes de que creciera.

—Me hizo probar la sangre de Danielle. —Un susurro ronco, como si tuviera la garganta destrozada por los gritos.

—Cuéntamelo.

—La sangre de mi hermana. Me besó y me alimentó con la sangre de Belle. — Rabia, horror y un dolor consternado—. Traté de escupirlo, pero él me tapó la boca y la nariz, así que tuve que tragármelo. Ay, Dios, me lo bebí.

La marca del Arcángel - Meanie [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora