El día siguiente les regaló una indeseada sorpresa. Puesto que el rastro de esencias había desaparecido y la gente de Mingyu se encargaba de los demás aspectos de la búsqueda, Wonwoo retomó los entrenamientos destinados a poner su cuerpo en forma.
El ángel que había herido a dos de los hombres de Mingyu descubriría que el no era un objetivo tan fácil como se creía. Tenía la intención de clavarle una daga del Gremio entre las costillas cuando fuera a por el.
Por desgracia, había olvidado que Dmitri había regresado a la Torre.
—Estarás muerto dos segundos después de que se te acaben las balas, si esa es tu única defensa. —Hanbin sopesó la pistola sobre la palma de su mano. Sus ojos verdes tenían una expresión tan amistosa como la de un oso pardo—. ¿Algún arma secundaria?
—Cuchillos. —No lo admitiría ni en un millón de años, pero empezaba a echar de menos el perverso sentido del humor de Dmitri.
—Si vas a usar cuchillos —dijo Hanbib mientras el se adentraba en la pista de entrenamiento, un sencillo círculo de tierra batida situado frente una enorme estructura de madera sin ventanas—, tendrás que aprender a arrojarlos sin dañarte las alas. —Cogió de la mesa algo parecido a un estoque, aunque la funda protectora era mucho más sencilla que las enrevesadas vainas que el había visto en la colección de otro cazador. Hanbin se lo ofreció y le dijo—: Necesito saber de qué eres capaz.
—Te he dicho que uso cuchillos —replicó Wonwoo, que flexionó la muñeca para evaluar el peso de la hoja—. Este es mucho más largo que cualquiera de los que yo utilizo.
—Los cuchillos te acercan demasiado al objetivo. —De repente, tuvo a Hanbin delante de las narices, con una hoja corta y letal sobre su garganta. Sus pechos estaban atrapados bajo el calor del torso masculino desnudo—. Y no eres lo bastante rápido como para vencer a otro ángel.
Wonwoo dejó escapar un siseo, pero no retrocedió.
—Aun así, podría destriparte.
—No antes de que yo te cortara la garganta. Sin embargo, ese no es el objetivo de este ejercicio.
Al sentir que la sangre se deslizaba por su cuello, Wonwoo descartó la ira y sopesó sus opciones con frialdad. La mano que sostenía la espada había sido inutilizada de una forma eficiente, ya que él estaba demasiado cerca. Y dada la falta de impulso, su otra mano tampoco conseguiría hacer mucho daño.
Pero las alas de los ángeles eran muy sensibles.
Tras sujetar el ala de Hanbin con la mano libre, alzó la espada con la otra. El pelirrojo se puso fuera de su alcance, y el cuchillo desapareció a tal velocidad que Wonwoo apenas atisbo el movimiento.
—Alas... —dijo al comprender que ese cabrón le había enseñado algo crucial—. Las alas me dan una ventaja a la hora de sorprender a un oponente, pero si se acerca demasiado se convierten en un punto débil.
—En esta etapa, sí. —Hanbin hizo girar el estoque que había elegido. La esbelta espada parecía demasiado delicada para su mano enorme. Wonwoo tenía la certeza de que su arma preferida se parecía mucho más a un sable. Algo pesado, sólido y
efectivo.—Supongo que a partir de ahora tendré que utilizar la ballesta para colocarles el chip a los vampiros —replicó mientras recordaba con cierta melancolía los collarines, su método favorito para inmovilizar a sus objetivos.
Dotadas de un chip que neutralizaba a los vampiros mediante una reestructuración temporal de sus cerebros, esas armas especiales eran la única ventaja que los cazadores tenían frente a sus oponentes, mucho más fuertes y rápidos.
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La marca del Arcángel - Meanie [2]
Fanfic𝑎̵͟𝑑̵͟𝑎̵͟𝑝̵͟𝑡̵͟𝑎̵͟𝑐̵͟𝑖̵͟𝑜̵͟𝑛̵͟, 𝑠̵͟𝑒̵͟𝑔̵͟𝑢̵͟𝑛̵͟𝑑̵͟𝑜̵͟ 𝑙̵͟𝑖̵͟𝑏̵͟𝑟̵͟𝑜̵