Sangrienta luna de Amor ✿Michikatsu Tsugikuni✿

021

Lugar: Finca Tsugikuni.

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- Sumire, ¿Esto es necesario? –le preguntó a la mujer.

- Aunque no lo crea, es muy necesario. Al menos, para mi.

- …Se nota.

El que ahora llevará puesto un feo trozo de tela color rojo en sus hombros le daba comezón. Sumire había insistido en que se lo pusiera, pero la tela era horrible.

- ¿Me puedes explicar que tiene que ver esto con mi boda?

- Enserio le creyó a su padre cuando le dijo eso.

- …Maldito.

- Sí, bastante. Pero eso fue lo único que se nos ocurrió para que llegará rápido.

- ¿Desde cuando tú y mi padre están juntos en algo?

- Hace no menos de trece minutos –michikatsu evito verla, ofendido–, no fue la gran cosa.

- Me uso, Sumire-san.

- Fue por el bien del mundo. –sonrió.

A veces odiaba que fuera de esa manera, tan prepotente y malvada. Pero más que hacer daño, daba risa verla.

Pero aún no entendía nada.

- Me puedes explicar que está sucediendo. ¿Y porque llevo este feo trozo de tela encima? Huele asqueroso.

- Ya se. Pero, te va a gustar lo que voy a hacer.

- Adivinare, ¿Ito?

En el blanco. Sobretodo por la cara que puso.

- Como creés. No le haría nada a esa mujer, estamos en paz. –y volvió a coser algo en la tela.

- …

- …

- …

- ¿Tú y ella, en paz? No me lo creo, para nada.

- La verdad es que, se a vuelto más insoportable con el paso del tiempo. Por lo tanto ella rompió la tregua primero.

- Y yo, ¿En qué situación estoy?

- En la de ayudarme. –y para finalizar cosió un botón en la tela. Michikatsu se volteó al espejo y vio que, con forma, se veia como la famosa tela tatsumura que las mujeres usaban en sus cuellos.

Adorno muy elegante pero caro, no se consigue fácil de ningún modo. Pero si Sumire estaba haciendo eso era por algo- Oh, no.

- Sumire, no.

- ¿No que? –al terminar de acomodar la tela se la sacó del cuello.

- No quieres hacerle eso, Sumire. Fuiste tú quien me dijo que la venganza contra ella no valía la pena.

- Una mujer tiene sus formas de pensar, ¿No lo creés? –sonrió.