Sangrienta luna de Amor ✿Michikatsu Tsugikuni✿

003

Lugar: Centro de entrenamiento samurai.

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- ¡¿Una de la casa saotoko!? – todos por el grito regresaron a ver al dueño de tal griterío que se había formado por uno de los chicos del entrenamiento, además que nombrar esa casa era muy interesante, (sexualmente, claro) además por el tono de su voz se le oia excitado por la noticia. (El tono carmín en sus mejillas también lo decía.)

Michikatsu, que en ese preciso instante se había arrepentido de haber contado eso a sus compañeros de entrenamiento, trataba de calmarse y poder finalmente llegar a su hogar. Desde que la noticia le había llegado hace apenas unos días habia tardado en digerirlo pero ahora estaba algo nervioso por eso, no es que fuera la gran cosa pero vivir solo bajo el techo con una mujer desconocida con la que tendría que casarse y pasar la noche le provocaba escalofríos que preferia no demostrar.

(Michikatsu Tsugikuni es muy malo para relacionarse con las mujeres)

Aún así pensaba hacerlo bien, seguro la chica era virgen y nueva en todo eso, al igual que el, por lo tanto trataría de llevar las cosas con calma y tratar de no parecer un animal

(¡Pero los nervios eran horribles!)

Además tenía una ventaja, podía escoger. Eso para el era un lujo que nunca creyó tener desde la mención de que se casaría y era bueno igual que beneficioso.

Pero ahora mismo se arrepentía de habérselo comentado a sus compañeros, pues uno de ellos ya estaba haciendo un escándalo que no quería.

- ¡Dime qué no juegas! –volvio a gritar dirigiendo la pregunta a el quien no dudo en tomar su katana y ya irse caminando algo rápido del lugar.

- ¡Oye, oye! ¡Di que no juegas! –siguio preguntando esperando que su amigo le respondiera.

- ¿A que se debe tu felicidad?

- ¡Cómo que “a que”! ¿Sabes el lujo que es que te den a una de sus chicas? –le respondió feliz esperando que su amigo se detuviera y hablara más del tema.

- Lo veo como una obligación sinceramente. –dijo sin detenerse– además, pronto tu tendras una mujer.

- ¡No digas que sería lo mismo! Tener una de la casa saotoko es un privilegio que cualquiera quiere ¡Y el afortunado es el más amargado de todos nosotros! –exclamo, no era su culpa ni nada por el estilo, simplemente su padre le había dado 2 opciones y por idiota escogió mal y ahora estaba esperando que el dia no empeorará.

- ¡Dime, cuando irás a la casa! –pregunto feliz, la respuesta posiblemente no le gustaría pero Michikatsu es Michikatsu y no sabe identificar cuando alguien lo jode.

- Está misma noche.

...

Bueno el silencio a pesar de ser arruinado por algunas risas disimuladas de otros de sus compañeros se le hizo bueno para pensar en lo que haría.

La chica debía de ser perfecta para que su padre no lo molestará más y pudiera estar tranquilo por mucho tiempo, no quería herir a ninguna pero si no escogia a alguna su padre lo haria y no seria agradable. Su padre tenía gustos raros y algo desagradables.