022

74 4 1
                                    

Lugar: Finca Tsugikuni.
Tiempo: Hace 8 años - Era Sengoku.

•|✧♪✧|•

- ¿Y Sumire? -preguntó michikatsu con curiosidad.

- Dijo estar enferma. Por lo que hoy yo estoy a cargo. -le respondió la mujer.

- ¿Enferma? ¿Dices que no vendrá?

- Si.

Pero para michikatsu eso no era suficiente, faltaba información. Eso explicaba porque su comida no sabia como a él le gustaba, no sabía feo, pero no era el mismo sabor.

- ¿Y porque no me lo dijo?

- Seguramente tuvo sus razones.

- Ella me lo cuenta todo.

- Talvez hoy no.

- Dime la verdad, Ito.

Ito hacia un esfuerzo bastante grande para no decirle la verdad a ese niño, ya tenía un tic en el ojo.

Era cierto que solo Sumire podía con esa cosa. Cualquiera ya habría renunciado de solo tenerlo un día. Y ella solo iba por la primera hora de la mañana.

Esto iba a ser malo.

- Ya le dije, no va a venir.

- ¿Porque?

- Porque está enferma.

- ¿Y porque no me dijo?

- ...No lo sé.

- ¿Y porque solo lo sabes tu?

- Eso le dijo a todas.

- ¿Y porque no a mi?

- (Si vuelve a preguntarme algo, lo mató. Sumire, te juro que lo mató.) -Grito mentalmente, ya tenia los dientes rechinando.

Si bueno, ella no era tan paciente con los niños. Solo Sumire y Kami-sama eran los únicos que soportaban a ese niñato.

Hasta Bahōn se había rendido con el niño, y eso que era de él.

- No tiene sentido, ella me lo dice todo. Talvez...me está mintiendo ¡y ya no trabaja aquí! -su cara se puso palida al decirlo- ¿Acaso ya no me quiere? O talvez no lo hizo y la secuestraron. ¿Pero quien y porque? ¿Ya no comeré rico? No es justo, ella me prometió Thangulu para mañana. No podía irse otro día...

- (Respira Ito, respira. Ese niño vale más de lo que piensas, lo necesitas vivo. Lo necesitas vivo, vivo. Vivo, vivo.) -se repetía.

Si aún no agarraba el plato de cerámica grande y se lo tiraba en la cabeza era porque Bahōn iba a matarla si ese niño tenía una sola herida de ella o de cualquiera.

Pero por favor, Kami. ¡Haz que se callé!

- Mira, niño. -oh, oh- No soy Sumire, no voy a aguantarte toda la tarde con tus preguntas. -se volteo y lo señalo. Michikatsu vio por segunda vez a un Dios de la guerra- Así que haremos esto, te vas a ir a entrenar, olvidarás por un segundo que Sumire existe y no vas a volver a preguntarme algo en toda la bendita tarde. Porque si te atreves a preguntarme algo de nuevo sobre ella voy a tomar esa linda katana que usas para entrenar, voy a abrirte la boca ¡Y te la meteré por la garganta hasta el estómago! ... ¿Fui clara?

¿Clara? ¿El que Michikatsu estuviera azul, frio y estático en su lugar sosteniendo con fuerza su yukata y temblando era estar claro.?

... Si, la verdad, si.

- ... yo_

- ¿Y bien?

- ... Aja. -asintió despacio.

- Bien -suspiro-, ahora a entrenar. ¿Alguna duda, niño? -al verlo negar lentamente sonrió- Muy bien. ¡Te vas! -y lo hecho.

Salió de la cocina como alma que lo lleva el diablo. Cuando se fue volvió a su labor de lavar los platos.

- Niños. -dijo- Es mejor criar tomates.

- ¿Y esos gritos? -pregunto otra de las Miles de criadas.

- Nada.

- ¿Le dijiste algo de Sumire?

- ¿Creés que soy tonta como para decirle al niñato que Sumire tiene su día libre hoy? -su sarcasmo provocó en la chica un escalofrío.

- ... Claro que no.

- Es mejor que crea eso, si se entera es capaz de ir a buscarla. Por Kami, ese niño es demasiado pegado a ella. -su tono sonaba a asco- Es ridículo, ni siquiera es su madre.

- Lo sé. No puedo entenderlo tampoco. Pero Sumire es la única a la que no a tratado de cortarle el pelo.

Eso la estremeció, obviamente una víctima de los berrinches del niño ese.

- Solo es un niño.

- ¡Un niño no te corta el pelo! ¡Que yo sepa a ti no te lo a cortado!

Eso era cierto.

- ... ¿Escuchaste algo de lo que dije?

- ...

- ...

- ..., No.

- Bien. -y volvió a lavar los platos.

- ...

- ...

- ... ¿No lo harías, verdad?

- Depende.

- ¡Ito!

- No es mi culpa que el mocoso sea demasiado preguntón.

- ¡Si pero lo último que puedes hacer es amenazarlo! ¡Y más con eso, estás loca!

- ¡Comprende, él me estaba volviendo loca!

- Sumire sabría que hacer.

- Es por eso que mejor vuelva pronto. -se alejo del lavabo y miro a la chica antes de salir- Porque de no volver, yo misma me encargo del niño.

Y salió. Y la chica ya estaba pálida. Sintió pena por el niño la verdad, y eso que actualmente lo odiaba por cortarle el pelo.

- (Por favor, Kami-sama. Trae a Sumire pronto, no creo que aguantemos tanto sin ella)

Ese niño era un oni en vida.

Sangrienta luna de Amor ✿Michikatsu Tsugikuni✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora