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Lugar: Casa Saotoko

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Las cosas siempre estaban tranquilas cerca de aquella casa, todo se hacía despacio pero rápido que tenía una elegancia increíble.

Y más aquel día.

Todas, a pesar de estar emocionadas, trabajaban con rapidez para tener lista la casa para el momento tan (no) esperado, un matrimonio futuro.

Había telas, mujeres colocando maquillaje, colocando adornos, caminaban entre ellas turnándose tratando de no hacerla resaltar (aún le tienen envidia) demasiado.

Kaīmi metida entre todas se mantenía sentada en sus rodillas, en realidad ella se encontraba serena ante todo lo que estaba pasando, después de todo todas debían encargarse de ella y arreglarla para la noche.

Ademas, debía enfocarse en otras cosas, había sido entrenada rigorosamente para este momento y aunque había sido un tiempo bastante corto y había algo de inexperiencia en el asunto estaba lista, física y mentalmente para lo que fuera.

Miro a las chicas que le ayudaban y noto a chinako entre todas con lo que parecía ser una mueca de disgusto disimulada por una agria sonrisa diablos…se veía tan triste, a simple vista parecía que era capaz de hacer cualquier locura con tal de que ella no llegará a las manos de ese hombre.

- Chinako. –atrajo la atención de la chica que pareció iluminarse– estate tranquila. Tu expresión me dice que estás insatisfecha con mis logros.

- …No puedo ver esto como un logro. –su voz quebrada por tanto llorar se notaba– …lo siento, no puedo.

- Está bien. No necesito que lo entiendas. –suspiro, chinako no merecía malas palabras pero debía entender que lo que ella iba a hacer era importante, mucho mas que cualquier cosa.

- Quisiera sacarte de esto. –eso la alertó. Chinako era conocida por ser capaz de muchas cosas si le dices de manera insistente que algo debe hacerse.

- No te atreverías. –le advirtió– No harás nada para arruinar esto.

- Lo siento –despacio se acerco a ella arrodillándose a su lado, miro su cabello que estaba arreglado en un peinado tradicional alto, se la veia tan …mayor.

(Cosa que no era, a chinako no le gustaba)

- Quiero que esto salga bien. Sin locuras. –hablo, chinako sabía que la niña se refería a ella y lo que podía hacer esa noche.

- …

- Chinako. Prometelo. –alzo la voz aun sin regresar a mirarla.

- No creo…poder –respondió, estaba triste.

- Entonces no me lo arruines.

Entre ambas se formó un tenso silencio que pesaba, pesaba mucho, chinako trataba de calmar los nervios que tenía, sentía su labio inferior temblar y terminó apretando su kimono con los puños.

Kaīmi trataba de no hacer ninguna mueca que arruinará el maquillaje fresco que aún tenía en la cara, sintió otro adorno en su pelo junto con alguna rama, en algún momento tuvo que evitar rascarse por la comezón que provocaban las ramas.

Ninguna hablo. No querían herirse. Chinako no quería decirle cosas crueles sobre lo que pensaba de esa boda y kaīmi no quería decirle que esa boda era una (¿Útil?) oportunidad para salir de aquel lugar.

Sangrienta luna de Amor ✿Michikatsu Tsugikuni✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora