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Lugar: Centro de entretenimiento Samurai.

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Muchos piensan que ser samurai es solo tomar una espada y matar, pero no es asi. No del todo, al menos.

Ser samurai implica tener más que fuerza, implica ser responsable con tus decisiones y también consta de respeto.

Ser samurai es entender que a dónde vayas habrán heridos y muertos, sobre todo lo último. Hay que saber que es común perder un compañero en batalla, pero el honor que se obtiene al pelear no tiene ningún precio pues es una increíble satisfacción.

Satisfacción que, para muchos, es mejor que la vida.

Ahora mismo, en su entrenamiento, debía amasar una toalla de piel mojada con el objetivo de sacar toda el agua en ella. Se oye facil pero no lo es, muchos también piensan que no sirve para nada pero la realidad es otra cuando miran el resultado final.

El objetivo final son manos duras y firmes. También se obtiene paciencia y la respiración se controla, es tener una increíble calma.

Y para aquellos cuyo rostro no tiene expresiones el dolor no se muestra para otros.

Cuando eso pasa las miradas llegan. De las mujeres llegan sonrojos y coqueteos, de los hombres la envidia.

Y eso, a cualquiera lo hace sentir bien. El orgullo. 

- ¡Más fuerte señoritas! –se burló el hombre– ¡Eso es todo lo que tienen!

- (Aún tiene agua está cosa…) –se dijo a si mismo.

Con nueva fuerza y tras un respiro volvió a apretar la toalla, más agua salió pero no era suficiente pues aún se sentía la humedad.

Miro a su alrededor, todos sus compañeros tenían muecas que solo podían ser de dolor. Apretaban dientes y tenían los hombros entumecidos.

El podía no parecer humano, pero lo era. Por lo que sus hombros también estaban cansados.

Pero no podía dejar que supieran eso. No de él, al menos. De la nada la vista se le nublo, bajo la cabeza respirando. Al tratar de respirar sintió el calor en su cabeza, al mediodia el sol ya era una tortura para cualquiera pero era bueno que les permitieran sacarse el yukata en esos momentos.

Sin embargo el pantalón se le estaba pegando al cuerpo, el sudor en su pecho y cara era visible asi como el fruto de su entrenamiento en esos años. Un cuerpo musculoso pero no de manera sobresalida.

Para él, su padre junto a otras personas y sus entrenadores su fisico estaba en muy buen estado. Aún así recomendaron que no estuviera tanto bajo el sol, cualquier doctor lo recomienda.

Pero los doctores no dirán nada si mueres bajo tu entrenamiento. Así que resignado alzó la cabeza y apretó con más fuerza la tela.

Cuando volvió a enfocarse vio el shinai cerca suyo, al parecer alguien habia parado de apretar la toalla.

Y supo que tenía razón cuando por detrás de escucho un golpe y un quejido. Justo detrás suyo.

- ¡Komani, no le dije que descansará!

- (Komani…, ¿quien más?) –la verdad lo sospechaba.

Sangrienta luna de Amor ✿Michikatsu Tsugikuni✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora