-Así que... no lo ves desde que eras una niña—Jonathan rompió el hielo entre nosotros mientras caminábamos por la acera, dentro de un barrio residencial lleno de casas similares. A lo lejos se podía escuchar las risa de los niños jugando entre sí o a los perros ladrando.
-Mis padres se separaron cuando era menor, papá se fue a hacer su vida y nunca más supimos sobre él.
-¿Y... tú quieres saber más sobre él? —preguntó con cuidado. Me detuve al instante.
-Seré sincera, no lo sé—largué una bocanada de aire— Hasta ahora nunca me preocupe de si seguía respirando o no, pero luego me puse a pensar si tal vez es algo que he estado reprimiendo, y realmente mi deseo es verlo por última vez— él quedó en silencio y, por su mirada, no parecía del todo de acuerdo con mi decisión de visitar a mi padre abandonador— Veo que no me acompañas en el pensamiento.
-Lo hago desde la experiencia—dijo con cuidado.
En otro momento me hubiera puesto a reflexionar más sobre la información que me habia dado, pero solo quería verle la cara a mi padre y ver si terminaba reencarnando de una vez por todas.
-Bien, yo también necesito la experiencia—bufé molesta y comencé a caminar en dirección a su nueva casa— Que no te haya funcionado a ti no signifique que no funcione conmigo. —él frunció el ceño ante mi queja.
-Vale, ve y prueba tu teoría, estaré esperando aquí— me detuve en seco ante su especie de "huelga".
-¿No irás conmigo?
-Teniendo en cuenta tu humor ante esta situación y, lo que yo considero que te vas a encontrar al verle, prefiero quedarme en el anonimato junto a este árbol que, por lo menos, no va a gritarme.
-Bien, y yo iré a esa casa a mirar por la ventana, junto a ese arbusto que, por lo menos, va a tener mayor consideración conmigo—comencé a caminar dejandolo atrás, hasta que pude escuchar su voz.
-¿Si sabes que no necesitas el arbusto porque no puede verte? —gritó desde la lejanía con su tono de sabelotodo que me irritaba.
-¡Claro que lo sé! —grité molesta.
En realidad no, me había olvidado. Pero detesto que tenga la razón.
°°°
Llegué rápido a la fachada del hogar donde ahora vive mi padre. Solo debía chequear que estuviera bien, verle el rostro por última vez y largarme de ahí. Me acerqué con cuidado hacia la ventana próxima que daba directo a la sala de estar, al menos, era el lugar en donde más escuchaba ruido.
Y al mirar por ahí, pude ver una niña pequeña jugando con sus muñecas.
Sentí que mis piernas flaquearon al verla. ¿Por qué habia una niña en su casa?
-¡Giorgia! ¿Quieres galletas? — escuché una voz alegre masculina desde la lejanía. Cuando la niña respondió que si con una enorme euforia, fue cuando mi padre apareció en escena.
No pude evitar sentir un nudo en la garganta al verlo otra vez, pero estando físicamente distinto a como lo recordaba. Las arrugas se estaban haciendo presentes en su rostro al igual que varios cabellos tornándose blancos por la vejez. Ahora estaba usando unas gafas para mejorar su visión y se lo veía con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Gracias papá! —chilló alegre la pequeña Georgia, lo que no pudo hacerme sentir peor.
¿Por qué estaba tranquilo? ¿Por qué parecía tan feliz? ¿Estaba al tanto de que su hija, Lily, habia muerto en un accidente? ¿Le habia interesado por lo menos?
¿Habrá pensado en mi al menos por un segundo?
¿O simplemente borró mi existencia de sus recuerdos?
Estaba sintiendo una enorme ira que iba incrementando más y más. ¿Cómo podía estar así? ¿Cómo podía tener otra familia y no preocuparse por nosotros?
Papá, ¿alguna vez te importe, aunque sea una vez?
No podía pensar con claridad ante todos los sentimientos negativos que me inundaban y que se movían dentro de mi como un remolino que arrasaría todo. Tomé rápidamente una piedra que estaba en el suelo, dispuesta a romper la ventana y arruinar ese preciado momento.
Pero una mano me detuvo agarrandome de la muñeca.
Cuando levante la mirada me encontre con los ojos de Jonathan.
-Realmente no deseas eso—habló con suavidad— Suelta eso—solté la mano con la piedra, temblando al mismo tiempo.
-¿Cómo puede él... ?
-A veces... debemos entender que no somos más parte de la vida de alguien, aunque nos duela—habló con delicadeza— Tanto en nuestra situación, como en la vida mortal.
No pude más y rompí en llanto.
Fue cuando sentí unos brazos que me rodearon por completo, protegiéndome del exterior, como una crisálida. Apoyé mi cabeza en el pecho de Jonathan mientras él solo se encargaba de abrazar y acariciar mi cabeza cada tanto. Agradecí que no estuviera hablando, porque creo que no sería capaz de captar alguna palabra, sin depender de lo profunda o no que fuera.
Sentí que me estaba desgarrando por dentro. No creí que fuera algo que realmente me afecta emocionalmente, al punto de sentir que mi corazón se oprimiera.
Es un momento en que realmente me alegro que Jonathan este aquí conmigo.
Simplemente, estar.
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Hola! Cómo están?
Nuevo capítulo con un poco de momento emotivo y para quienes se preguntaban sobre el papá de Lily (tal vez nadie pero bueno je)
Nos vemos en el próximo! Si les gustó pueden dejar like ❤️
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Un vínculo eterno
RomancePara mala suerte de Lily, su vida había terminado demasiado pronto por culpa de un conductor borracho en la noche. Al despertarse se encontró con tres sujetos extraños que proclamaban que debían llevársela al Más Allá porque era un alma en espera. ...