Capítulo 26

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Nos fuimos a otro espacio de todo el enorme recinto a hablar en privado, Jonathan necesitaba toda la información del alma en espera para defenderlo y que pueda reencarnar. La primera pregunta que le hizo a Xander es si él estaba seguro que merecía estar en el "cielo" a lo que, ante la seguridad con la que dijo que si, Jonathan no le puso ninguna objeción. Supongo que eso significa que confía plenamente en el juicio moral de Xander.

La que casi no estaba hablando era Jimin, se veía furiosa e inquieta desde la decisión que había tomado su amigo de haber interrumpido una sesión del Gran Juez.

-Bien—asintió varias veces Jonathan viendo lo que tenía anotado en sus hojas— Ha habido casos así, puedo manejarlo.

-Vas contra Gabriele, Jonathan—habló Jimin con la voz severa, tomándonos a todos por sorpresa. Ella no estaba teniendo su actitud alegre de siempre, esta vez tenia los brazos cruzados y miraba a su amigo con indiferencia.

Pensé que Jonathan le diría que todo estaba bien pero en vez de eso se mantuvo en el mismo profundo silencio que nosotros, mirandola de reojo desde el asiento en el que estaba.

-¿Pueden dejarnos a solas un segundo? —nos exigió a los tres sin despegar su mirada de Jimin.

Nos miramos entre sí ante la tensión que se habia generado en el ambiente. No reaccionamos hasta que Fleur fue la primera en comenzar a caminar hacia la puerta, siendo seguida por Xander y luego por mi, no hasta que le di una última mirada a Jonathan.

Cuando ya estábamos a afuera, Xander fue el primero en hablar.

-Esto es todo mi culpa—dijo con un tono que demostraba que estaba por comenzar a llorar otra vez.

-Claro que no, el señor J tiene razón, ni siquiera tienes una década de muerto, es una barbaridad que te hayan puesto como defensor de un alma—exclamó Fleur con total indignación, dejando florecer su acento francés — ¡Y contra alguien de tanta longevidad como Gabriele! —bufó molesta.

-¿De dónde conoce a Jonathan? —me atreví a preguntar, pero ellos parecían igual de confundidos.

-No lo sé, sinceramente no sabia que se conocían—contestó Fleur— Supongo que debe ser porque son los empleados con mayor antigüedad, en algún momento se habrán cruzado en una que otra sesión—subió los hombros despreocupada.

Pero algo me decía que no era tan simple.

-Ah—Fleur soltó un suspiro— Iré a tomar algo de aire, ¿vienes, Lily?

-Oh, no. Aprovecharé a visitar el lugar—sonreí para despedirlos. Sentía que debía buscar información que no se me estaba otorgando.

Además que el lugar era muy bonito como para ignorarlo.

Comencé a caminar por todos lados, encontrándome varias pinturas colgadas y casi a nadie de gente. Terminé bajando al primer piso en donde vi a una persona parada frente a uno de los ventanales, mirando hacia el exterior. Debió escuchar mis pasos sobre los escalones porque volteó directo hacia donde estaba.

Se trataba de Gabriele.

Y él estaba sonriendo como si estuviera por cometer la mejor broma de todas.

-¡Hola! —saludó alegre — ¿Tu estabas con nuestro querido Johnny no es así? —comenzó a caminar en dirección mía, con sus manos en los bolsillos.

Ahora podía verlo mejor, estaba vistiendo un traje como los demás pero más moderno de color negro junto a una camisa semi abierta, ninguna presencia de chaleco o corbata como los empleados del Más Allá. En otras palabras, parecía más un mafioso. Tenía unos ojos más oscuros que había visto, como si casi se tratara de un demonio.

-Tranquila—largó una carcajada— No te haré nada, no eres parte de la Zona Roja. Soy Gabriele Leone, aunque supongo que eso ya lo sabes.

-Ajá—respondí un poco reacia y con miedo a que se siguiera acercando, al parecer él notó eso porque alzó las cejas sorprendido.

-Vaya, supongo que Johnny ha hablado de mi para que estés con ese humor reacio.

-En realidad no—eso pareció confundirlo pero luego de unos segundos volvió su sonrisa burlona.

-Oh... ¿en serio? —ladeó su cabeza como si la conversación le diera gracia— Entonces... ¿no te dijo que nos conocemos?

-Parece que no eres tan importante como para que él me hable sobre ti.

-Uh, que frontal... me agradas—subió unos pocos escalones, a lo que yo retrocedí uno. — ¿Cómo te llamas?

-Lily Harrison—el asintió lentamente como si estuviera pensando en algo.

-¿Eres nueva empleada del Más Allá?

-No, estoy en búsqueda de mi misión a reencarnar —el frunció el ceño. — Jonathan me esta ayudando.

-¿Eh? Pero él es un... —alzó las cejas al instante— Oh... ¡Oh! — soltó una fuerte carcajada— ¡¿Lo rebajaron a guardaespaldas de almas? —siguió riéndose maliciosamente. — Eso le pasa por querer hacerse el santo —hizo una mueca— Supongo que debería alegrarme, sino me hubiera sacado trabajo.

-¿Disculpa? —pregunté confundida. Pero el no me estaba prestando atención parecía verme de arriba abajo, lo cual me incomodaba.

-O sea que, ¿todavía no has encontrado tu misión?

-No, creo que es obvio—respondí con mala gana.

-Oh... ¿y ya has intentado visitar a tu asesino? —ladeó la cabeza.

¿Era eso posible?

-¿Por qué haría algo así? —el subió los hombros y los bajo.

-Tal vez tu misión a cumplir sea perdonar a tu asesino, suele pasar en algunos casos. Puedes visitar la Zona Roja y listo —dudé un segundo si realmente estaba tratando de ayudarme o no.

-Jonathan nunca mencionó algo como eso —el soltó una carcajada.

-No me sorprende que no te lo haya comentado. Después de todo él es un asesino también—mencionó con total tranquilidad.

Quede inmóvil.

-¿Perdona? ¿A qué te refieres con "asesino"? —él se estaba haciendo el desentendido con mi pregunta.

-Oh... ¿no te lo ha contado? —fingió una voz inocente— Jonathan mató a su padre.

¿Qué Jonathan hizo...

...qué?

-Bueno—largó un suspiro— Debo volver con mi equipo. Piensa en la idea que te tire, si necesitas a alguien, puedo serte de guía—extendió una tarjeta hacia mi— Nos vemos querida—guiñó el ojo antes de dejarme sola en las escaleras.

¿Jonathan era un asesino?

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Hola! Cómo están? Nuevo capítulo a la vista! Qué les pareció? Ya nos estamos acercando al pasado de Jonathan.

Gracias por llegar hasta aquí, por favor no se olviden de apoyar la historia ❤️​

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